Adiós, mipuerta, adiós
Pero, ¿cómo? Siempre me quedará esa pregunta que durante
cuatro años me pareció inexplicable que no se encontrara la respuesta. Seguro
que esta no estaba en el viento, tal como las del doctor no daba explicaciones sobre
lo de la Encarnación, que como muy bien dijo, no las daba porque no se entendería. ¿Pero, como?
Cuatro años advirtiendo a las dos responsabilidades en lo de
la Encarnación, plaza municipal de abastos, que poco importaba que el dinero se
dispusiera aun en el peor de los contratos posibles, si lo imposible no tiene
precio.
Que lo de la sostenibilidad era una broma en lo de la Encarnación, teobroma, que viene a ser el chocolate del loro de los millones que nunca se llegaran a contabilizar. Cuando todo era solo colocar una puerta.
Que lo de la sostenibilidad era una broma en lo de la Encarnación, teobroma, que viene a ser el chocolate del loro de los millones que nunca se llegaran a contabilizar. Cuando todo era solo colocar una puerta.
Mucho tiempo antes, cuando la fuente más antigua de la
ciudad estuvo en peligro de cambiar su emplazamiento, antes de que quedara deprimida
y contaminada por la transgresora basa que vino a destruir una vivienda de la
colonia, ya en aquellos días, cuando la colonia de vencejos perdieron sus nidales, pues pueden
imaginar que existía un plan especial para la Encarnación, y hasta un PGOU, y que
por no estar en vigilando, la irresponsabilidad responsable, no solo se saltó a la torera las alineaciones,
sino que con independencia del costo que el capricho podía ocasionar, la oposición
municipal parecía que no advertía que la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía
se vulneraba, con la misma facilidad que el mismísimo Reglamento de mercados municipales
de abastos.
Me pregunto cómo que no tomas el ejemplo de tu antecesor y pones puertas para alegría de los placeros, aunque sea unos días antes de que las urnas puedan decidir que esto que tanto te preocupa quede en otras manos, y no puedas inaugurar en postrer gesto, si acaso lo único que tendría sentido en estas setas que entre costas y abogados, no solo costará tiempo, pues eso no tenemos, ni dinero. Adiós, mipuerta, adiós.
Por no decir nada sobre los costos de cuatro millones cuatrocientos mil euros de equipamiento de la plaza municipal de abastos, (más de 17 millones de las antiguas pesetas, por puesto), y ver, encomendándonos a Santa Lucia como quedará con el repaso, la llamada subvención a los placeros, en el futuro. ¿Pero, como?. Siempre misterio.
Sevilla a28 de Abril de 2015
Francisco Rodríguez Estévez
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