jueves, 30 de julio de 2009

Eran higos

Ponte erecta

La orden la manda el cerebro, pero no quiere decir que aquello suba de inmediato, pues, sin que sea necesario que llegue la sangre al rio, esta debe de llenar con el rojo fluir las oquedades que anteceden hasta llegar hasta el cenit que corona al capullo, si bien, a ciertas alturas( no solo de la vida), poner aquello dispuesto, sin ser difícil, al menos exige una manipulación grande, a lo que llaman juego del poder y que requieren maniobras previas, tambien conocidas, por morbosas, como la erótica del poder querer, o del querer y no poder.
Seguramente ha debido ser eso, y no un cuento de Canterbury, o de Calleja que es lo que parece. El caso es que al llevar tanto tiempo ejerciendo como mujer publica, su instinto deformado solo le conduce a poner erecta la pieza del deseo.
Ponte erecta es una pretensión que le viene del subconsciente inmediato superior, creyendo que basta una orden, como pueda ser esa de “ábrete sésamo”,tan al uso, tan de cuento, para que al instante la cueva muestre todo su contenido.
No es facil poner, a la imperativa voz de mando, nada erguido, ¡ar!. Pero a pesar de su pedigree de cinco rosas, como las flechas de un haz, el amor y no la guerra, viene a demostrar que su talento visto a horcajadas no es diferente al de otras profesionales del gremio.¡Que dura es la vida publica!.
Vida que dura lo que dura, vida sometida en su multidisciplinar quehacer portando el horcajo, que no yugo, del salario placer, vida que determina el conocimiento de los miembros, que no son falos, cuando la miembra palpa o sopesa que la erección en ningún momento es cosa falsa, y no puede considerarse que semejante cosa, por dura, pueda ser un elemento disturbador, ni escandaloso, cuando a su juicio, y bien mirar, esta convencida y así lo proclama públicamente que la descomunal pieza es algo perfectible, aunque duela su colocación.
Acaso como Calleja, aquel que inventaba cuentos para sobrevivir, esta letrada salga del armario inconfesable inventado lo suyo en la narración con tal de sobrevivir intentado, en lugar de poner medios condonatorios,( pontelo, ponselo), proclama los beneficios,a pie firme, de la cosa dura, erecta, abominando de lo relajante y placido de la tumbada a tiempo, evidenciandos claros síntomas de fobias a los decúbitos.
El mensaje viagra de ponerla erecta, choca con la preparación de esta adalid de las erecciones, abanderada en las practicas y conocimientos de calidades y tamaños cuando confunde el cuento de las setas y el pepino, perdida en los enredos de los tamaños, que siempre importa, con inventos de los años veinte, de cuando el charlestón, y por eso pasa lo que pasa, que la caja no era de pasas, que son higos.
Sevilla a 29 de Julio de 2009-
Francisco Rodríguez Estévez

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