Con sin, si. Si, sin con

 

Cuesta, aun siendo cosa entendible, lo que tiene para mí eso que llaman amor sin sexo, por muy caprichoso que sea incluso cuando es con eso.                                                                                               No se me dió nunca ese flechazo que Cupido lanza y que atraviesa el corazón en los dibujos de adolescente.                Pero este es sin, aunque hubiera preferido con, y es sin, porque eso, es cosa de dos. 

Pero que este sea no, si amtes apuntaba al si, y resulta que es no por un comentario de algo que hace mas de sesenta años,  ya es tener ganas, pero..... de discernir,  si sin o con, hasta convertir las saetas de Cupido en picadura de escupidora. Ganas de joder.(RAE)

Sucedió, que cuando estaba en aproximación al punto con, un comentario relizado acerca de quién hacia más de seis decenios la tenia missing, le actuó de forma inmediata como lámpara de luz ,y tal resorte dejo a oscura toda ilusión de meritos por creer, que podía existir posibilidad de con. 

Ella puede pensar hasta equivocadamente, de todo lo que
sabe, pues amor no siempre es igual ni la primera que el primero, ni la segunda como el segundo, ni el segundo como el primero, todo es diferente en lo mismo. 

De esto hay tanto escrito, que nadie sabe más que las sabanas de satén rosa, y el engaño entra en el juego tanto como el fingir, aunque todo no vale. 

Pero las palabras que se dicen de lo que no fue, aunque hubiera podido ser, ¿que le puede mover a sacar una pelusa de un con que nunca se dió?  Para pasar ipso facto a un sin, sin reparo e imprevisiblemente previsto, pues no aparecía nunca el con, en las posibilidades que sin palabras se dialogaba, como si tal fuera tan absurdo que pareciera dialogo “ozores”

El amor es cosa de dos pero siempre tiene un componente generoso que nunca recibe porque no espera nada, y así lo puedo entender, ya que no podemos exigir que nos amen, e inexcusable que sea sin, como consecuencia de un encuentro casual con un pasado  que había desaparecido desde hacia  sesenta años, y la cortesía de un casual encuentro hiciera confesión de algo que a los adolescente le saca barrillos en la cara y olor de pies….. pero ¡hace tanto tiempo!.

Un amor increíble e indestructible no puede romperlo el pasado de un recuerdo sin, y mas dejarle sin, con argumentos infantiles y faltos de confianza, donde el con nunca estuvo en el con del premio que no estaba en la tarjeta de puntos por meritos, aunque no importaba,  ya que el amor llegó sin pensarlo, y aunque siempre lo deseara con ese con, que difícilmente podría lograr.

 Y ella sabe, que aquella señora que saludamos al paso de encuentro, motivo del infortunio, hacia más de cincuenta años que no la veía, por más que ya casi octogenaria, conservaba el porte elegante y serena belleza, que casada y emparejada, aun podia enamorar.

Sevilla a 26 de Diciembre de 2026

Francisco Rodriguez