44 AÑOS, 45 LUNES
El tiempo ha pasado y apenas tengo la mínima memoria de los días que transcurrieron con esa fecha cada año en la que de no haber sido por el “Tejerazo” lo mismo no recordaría que en aquella tarde, fría tarde fui con mi hermano a ver la obra que teníamos en el campo.
Estaban trabajando en el cuarto de baño dos buenos albañiles, los hermanos Quiroz, personas ejemplares de honradez y formalidad, solían escuchar clásicos populares en su pequeño transistor cuando trabajaban, poca chusma en el tajo. No habían dado de mano porque algo le habría retrasado, más aun nuestra presencia. Recuerdo que el transistor dejo de emitir para dar una noticia de alcance, era la irrupción en el Palacio del Congreso.
Manolo que era el mayor, aceleró el trabajo de recoger las cosas y me advierte de lo que acaba de suceder, a decir verdad ni me preocupé de lo que estaba aconteciendo, mas tarde supe que estos amigos que trabajaban en el chalet, eran miembros del partido comunista.
Ya la tarde fue pasando y cuando llegamos a Sevilla, nos acercamo no se por que casualidad a la calle Feria, donde vivía el suegro de mi hermano Guillermo, de convicciones franquistas que intranquilo nos ratifico la noticia.
Asi para mi la fecha del 23-F, solo tiene el recuerdo del cuarto de baño de la casa de campo, el frio, el susto de lo hermanos Quirós, y el nerviosismo de Manolo Griñan, en la calle Feria.
Luego en la noche, la pantalla de la tele, las repeticiones, y por la mañana la salida de los guardia civiles por las ventanas, y los diputados caminando ante las cámaras de televisión, imágenes cada años repetidas, especialmente las del Jefe de Estado en su despacho, emitiendo un mensaje de control de la situación. Eso es todo, que decía Porky Pig.
Aquel 23 fue lunes, hoy es domingo y tratare de recordarlo el tiempo que lo guarde en la memoria como un dia luminoso en nuestra ciudad en el que se corrió la XL edición de la Maratón de Sevilla, una prueba que cada año me crea muchas dificultades para salir en coche, y que ya evito moverlo.
Una mañana de paseo hacia el centro caminando, para cruzar por los pequeños espacios que nos permite el pelotón de corredores en la Ronda, camino junto a mi hermano Guillermo sin un rumbo, acaso para tomar una copa, un vermut en el Bar Europa que nos lo encontramos cerrado, la caminata nos lleva hasta una cercana plaza del Salvador atiborrada de turistas al Sol, buscamos Plaza Nueva y volvemos a encontrar a los corredores por Tetuán, cortamos por Rosario, Ciriaco Esteban y llegamos a San Pablo, Santas Patrona, y Almansa, entramos en un bar restauran donde nadie nos atiende, y que permanecimos por bastante tiempo en su interior observando la edificación que según azulejo en la puerta nos dice que es obra de Aníbal González.
Volvemos a la calle sin ver a nadie en los minutos que permanecimos en el interior. Una copa en el Cairo, y el camarero nos dice que las mesas están reservadas. Llegamos a Rioja y los corredores son aplaudidos por el público, por lo que nos sumamos en animarlos. Van a tres horas de el ganador.
Llegamos a La Campana, un corredor madurito sobrado de peso y sudoroso, apenas levanta los pies del suelo, en su dorsal se lee “ER GORDO”, lleva cinta ancha en la cabeza, aun le faltará 6 kilómetros, le vitoreamos, y el mueve los brazos tal campeón, recordare este dia como el de la maratón, del Gordo, no creo que el la olvide.
La decisión de coger el autobús de vuelta se desvanece, este sector no tendría servicio, la otra opción es caminar, por Feria abajo, como hace la cofradía de San Juan de la Palma y deleitarnos en Casa Mateo con el bacalao frito, nada de nada, tambien está cerrado.
Rumbo al Bar Hijon o al Galan, ya estamos en el barrio. El Hijon cierra los domingos, no queda otra que ir a la terraza de los hermanos Gómez, que está al completo. El camarero nos proporciona una mesa, dos copas de solera y una ración de calamares. El Sol calienta.
Por la Ronda marcada con conos aun corren la fila inacabable de corredores. Un gran grupo diferencial visten de azul, llevan un ritmo alegre, y son aplaudidos por un publico que los espera, lo hacen empujado las ruedas de un carrito que haran felices a los que no puede caminar.
Por la tarde, mientras veo el partido del Madrid, una cofradía realiza ensayos de costalero, dos marchas, me asomo al cielo azul de un dia que el próximo 23-F lo recordare como el de la maratón o como aquel que caminamos 8 kilómetros. Y que Casablanca me tuvo despierto hasta las 11,30 de la noche de un dia azul.Tocala otra vez, Sam.
Sevilla 23 de Febrero de 2025
Francisco Rodriguez