Dejavu

martes, 26 de julio de 2011

Dejavu

El destino del desatino

Después de que pasaran veinticinco años, por el 98, algunos empezaron a impacientarse, pues la cosa no era ya igual que cuando al principio. Se venia barruntando que destino final tendría aquello, y en la incertidumbre se hizo el silencio para nada, y es que del destino idealizado, del destino esperado, no se supo nada y definitivamente lo que se hizo se lo cambió.
La Encarnación no es más que un “dejavû” visto mil veces con anterioridad, pero que por el hipnotismo que sufrieron los dolientes llegaron a ignorar que lo que se estaba decidiendo era su futuro, pero los placeros lamentablemente son así, y dejaron que les construyeran un sueño que no llegaron a soñar.
Cansados de permanecer en la provisionalidad, apenas levantaron la voz en treinta y ocho años en dos ocasiones. Una para mostrar sus repulsas a la petición de izquierda unida, para que las cuentas de lo de la Encarnación estuvieran fiscalizadas por una comision en la que deberian de estar los grupos de la oposición,( iu-pp).
Como se puede comprobar, algo de suma importancia para los placeros que, movidos por el cheque de silencio que las condonaciones y regalías iban a proporcionar, tomaron el Ayuntamiento puño en alto, e increparon al “malvado” concejal del pp, Jaime Reinault, tal como suena, nada menos que por apoyar la propuesta de Luis Pizarro, (hay documento filmado y fotográfico) y por que con su actitud, “estaba jugando con el pan de nuestros hijos”
La segunda es pura anécdota de igual calibre donde la manipulación de estos vendedores se hizo aun más latente.
Algo se estaba tramando, y era que ninguna idea de los socios de gobiernos prosperara, y así, después de muchos años y proyectos, cuando a los andalucistas le tumbaron el Taj Mahal de mármol blanco y verdoso, por aquello de que rompía la armonía de la plaza de San Pedro, la misma que años mas tarde inspiraría al “poeta de las Curvas” Herr Mayer, para hacer lo que hizo con la plaza de la Encarnación,(y lo dejaran)
Aun con razón, lo evidente era que mas fuera una plaza dedicada al andalucismo, y eso no lo podían consentir, estaría bueno.
Ni el propio doctor tenia claro que podía hacer con la baza de la Encarnación que tan celosamente guardaron los andalucistas en el cajón de la Gerencia, sacándola del arcon congelador de Consumo, menos que solución darle al destino de sus fieles y pobrecitos placeros. Ni el propio doctor tenia claro de que el final seria el desatino.
En el “dejavû” se comprueba, se verifica todo lo que ha pasado con anterioridad. En la Encarnación se confirma que es una realidad, cuando el destino se ha vuelto desatino, y de administrador de lo propio acaban siendo subarrendatarios de la concesionaria. Cuando se despierten del sueño, y se den cuenta de que lo que les construyeron es ese hito, al que le va mejor llamarle mojón, y no solo por lo que desprende, que no es poco, lo mismo caen de que una cosa era el sueño y otra la realidad.
Sevilla a 26 de Julio de 2011
Francisco Rodríguez