
M i viejo ordenador me deja de un tiempo a esta parte, en demasiadas
ocasiones impidiéndome escribir nada, en especial sobre lo de la Encarnacion, aparte de que apenas me apetece parece que me lo evita, que si no de continuo
escribiría, ya sea lo de la puerta, el
galimatico diseño, la ruina existente que va pasando de cierne a posible
cierre, los costos soportados, la laxitud del consistorio, la vergüenza, la
poca en concreto por permitirse soslayar la Ley, y la mucha que ajena hace
sentir ver como cada día muchas personas intenta acceder por una puerta
inexistente. Sera por escribir.
Puede ser que si hablara, seguro me diría aquello de que si hay
que escribir se escribe, mas aun cuando hoy tanto me ha llevado ponerle en
marcha, que parecía que lo evitara, por cuanto acaso entienda que escribir sea tontería.
El caso es que no esperaba que esta
mañana varias personas vinieran por saber de estas palabras que quedan en la
nube.
Interesado por estos escritos que desde hace mucho dejó de
interesar a los medios de papel, y menos a los televisivos locales, es el blog
y facebook donde trato de darle difusión, aparte del amplio directorio que mi
viejo ordenador hace lo imposible para que no lo utilice, por lo que desconozco
a cuantas personas pueden llegar, aunque con certeza sé que las reciben el consistorio al completo,
pero eso es algo que siendo serio, por la actitud que muestra parece tontería,
como lo de escribir, pero solo si hay que escribir.
Llama la atención que en la mañana fueran varia las personas
que se mostraban interesada, y fue bien temprano cuando esta que siendo
desconocida, me confiesa el entusiasmo por aquello que pudo leerme, y me deja
caer algo tan evidente como la puerta automática que falta, y también me
pregunta por la estatua de Ceres. Ahí estamos.
Algo más tarde, el emérito profesor que en ocasiones hace su
compra, vino a demandarme que volviera a escribir, cuando no me canso de
pedirle que lo haga el, al menos como usuario, y me saca a relucir lo de la calle piblica travestida
en bar de copas, y por ende la suciedad de un lucernario lleno de basura, y para
colmo el calor y peste de la sinuosa calle. Nada nuevo. Si hay que escribir, se
escribe.
La indigencia ha tomado los bancos de granitos a falta de
servicios, los orientales los aseos de la plaza municipal de abastos. Los
bolardos que incomunicaba el sector, vuelven a ser una vez más retirados, en
esta ocasión por la obra de seguridad que obliga a tener un fachadismo de
escaso interés arquitectónico en su vacio. Las fuentes bultos permanecen secas.

Cierto es que los placeros como bien dijo Mayer, de lo de
las setas, que Sevilla estaría en el mapa, estos al parecer creen que con la Web se encuentran en el contexto universal, al
parecer poco le preocupa ver aquello tan vacio. Es tontería, todo es tontería ¡hay tanto que escribir!.
Sevilla a 9 de Junio de 2017
Francisco Rodríguez Estévez
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