domingo, 3 de abril de 2011

La tabla postrera (pub. en LA RAZON)

3 Abril 11 - - M. M. SEVILLA- «Hagamos una Iglesia que los que la vieren labrada nos tengan por locos». La frase atribuida a los canónigos que idearon la Catedral podría trasladarse a lo que el alcalde presentó como la «catedral del siglo XXI», el Metropol Parasol, la particular locura de Monteseirín enclavada en la plaza de la Encarnación, desde donde desafía al primer templo de la ciudad. Rezan también los textos históricos que «el 10 de octubre de 1506 se procedió a la colocación de la piedra postrera en la parte más alta del cimborio, con lo que simbólicamente quedó finalizada», de la misma forma que recogía la prensa al día siguiente de la inauguración el cuestionable estado del complejo. A la entrada de la bautizada como plaza Mayor, una placa atribuye esa «última piedra» a «la ciudadanía de Sevilla» que «inauguró este espacio siendo su alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín. 17 de marzo de 2011». En la seo los trabajos continuaron durante años y, traducido a meses, es lo que ocurrirá en su homónima laica.
Losetas levantadas, acabados más que dudosos en bancos, el parque infantil o la propia base de las «setas» y fallos continuos en elementos como las escaleras mecánicas son sólo algunas de las deficiencias que presenta el Metropol Parasol siete días después de su inauguración. El Ayuntamiento alardeó de un proyecto «finalizado» a falta de «remates», pero las advertencias del responsable del proyecto se han cumplido. El estudio de Jürgen Mayer señaló a LA RAZÓN de Sevilla que el complejo no podría abrirse por completo hasta «al menos la Semana Santa». Restan quince días para la fecha y los trabajos continúan aún a un ritmo alto tanto en el entorno como en los propios parasoles, cuya azotea se mantiene cerrada –igual que el museo Antiquarium–. Se anunció que durante el primer mes las visitas serían gratuitas, pero nadie ha podido asomarse al mirador porque el acceso está restringido.
La obra no ha concluido –prueba de ello que el Ayuntamiento no la ha recepcionado– y ni siquiera la constructora Sacyr supo determinar a principios de esta semana cuándo concluirá. Es un hecho que se reconoce incluso en la web municipal «mapadesevilla.org», donde se ofrece un exhaustivo seguimiento del estado de los distintos proyectos acometidos en la ciudad en los últimos mandatos, en los que PSOE e IU han coexistido como socios de gobierno. Mediante leyendas e iconos se sitúan en el plano de la ciudad también las infraestructuras y programas hasta 2020. En ella, se detalla que la información está «completamente actualizada». Ese mapa de actuaciones recoge que el Metropol Parasol se encuentra «en ejecución» y detalla que «la renovación de la plaza de la Encarnación tiene cercana su culminación». Ese estado sí se ha actualizado en las últimas infraestructuras presentadas por el Gobierno local, como es el caso de la biblioteca Felipe González, el centro deportivo Mendigorría o la ampliación del Metrocentro –con trayectos en pruebas– , presentados la misma semana que las «setas». La «campana» de las elecciones aceleró la culminación oficial, pero la realidad impone que queda mucho para que la Encarnación esté definitivamente libre de vallas y obras por primera vez en cuatro décadas.

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