miércoles, 3 de junio de 2009

Viene la UNESCO

La 33

La bola está marcada con la suerte que indica la edad de Cristo. Sera la 33 WHC, “Guáchese” para los amigos, en la que está previsto que mil quinientas personas venidas de distintos puntos geográficos de todos los continentes se reúnan en nuestra ciudad, en la que por espacio de una semana, debatirán sobre el modelo de ciudad en el futuro, y, entre ponencia y ponencia, comprobar “in situ” las actuaciones de alto riesgo que tanta modernidad conlleva en los centros históricos de ciudades como esta en la que gran parte de su economía esta sustentada en un turismo, que por suerte, todavía quiere que encontrarla como la relatan los libros de viajes, o los libretos de operas.
Diga 33, coincidente numero de los años que marcaron lo de la Encarnación de toda la vida, con el que, en esta, transformaron el misterio, en este caso de su plaza de abastos, en eso que llaman champiñones, pero que mejor le viene lo de catástrofe urbanística.
Serán pues estos eruditos los que puedan advertir el repelus que causa lo de las setas, y comprobar su ignota sostenibilidad, para que junto con lo de la Alameda, ¡Ay, Alameda!, y lo de la torre de las “fusiones” refusiones y cocimientos , puedan, (antes de emitir el veredicto, dictamen o parecer), analizar a esta extraña modernidad, tambien llamada sostenible, (pues de algún modo había que llamarla) donde, a falta de placas solares, acaso la energía venga sostenida por el “Phycomyces” (Ficomices de toda la vida) a ser posible ciego.
Es lo que tiene esto de los inventos, que a veces las cosas mas seria parecen tonterías, como lo de las setas, y entonces nos enteramos que lo que le faltaba a esta novelera, por micologica, e insostenible por sus “encarnaciones”, aparece nada menos que en el Proceeding of the Nacional of Sciences US, cuya publicación nos dice que en Sevilla, tuvo que ser, donde en lugar de colocarles a los hongos de la Encarnación las placas solares para generar la energía sostenible, pues resulta que encuentran el sistema para que el hongo capte la luz directamente, sin intermediarios, ni “Proyet manager”,y en lugar de plantar la azotea de celulas fotovoltaicas como en el “macarena”, aaaaaay, bastan unas bateas del ciego “ficomices”, aunque pueda haber quien crea que se trata de una broma.
Bienvenidos a la 33 Whc, y cuando vean lo de la Encarnación, por favor, no miren para San Pedro, que son otros Ficus”.
Sevilla 4 de Junio de 2006

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