sábado, 5 de julio de 2008

Medidas contra el calor

Ahorro energético

En otro tiempo, se decía que la costumbre y el uso se hacen normas, pero eso pertenece al pasado. Acaso fuera por que al existir la norma esta era para saltársela, o para como se dijo de las promesas electorales, que se dicen para no cumplirlas.
El sabio refranero español viene corbata al cuello que ni pintado, “Reglamento señor, pero para mí, no”. Era evidente que aquello se trataba de un gesto más que de una indisciplina, algo así como una descortesía al formalismo de una tela que tanto partido le saca su fragmentación en el ágape nupcial, pues tanto no podía apretar, dado que no era soga de cadalso, ese complemento multicolor adornando la camisa, posiblemente de seda, elemento de elegancia y distinción, como para que tuviera que desprenderse del pequeño trozo de tela, posiblemente comprado en Milán, como para que le viniera en la paradisíaca temperatura del hemiciclo semejante sofoco. Malo será para los fabricantes, si cunde el ejemplo, peor para los Reyes Magos, que siempre las traen, aun sin pedirlas.
Costaría imaginar como se quedaría el “ilustrado miembro”, si tuviera que sestear el los butacones azules de piel con diez grados mas de los que sufre. Ni se sabe que dejaría ver, si a cada grado se despojara de una prenda, como en un juego erótico, realizando un full monty reivindicativo del ahorro sostenible. Dando una clara muestra de la verdadera “talla” humana de combatir el calor, pues siempre es mejor una playa nudista que cavar una zanja, rozar los cultivos, impermeabilizar una azotea, meterse en una cocina, en un alfar, o sacar pan de un horno.
Podría decirse que incluso, por insoportable su temperatura, la que se alcanza bajo las chapas de la provisional plaza de abastos municipal, la de la Encarnación, esa que lleva en el rincón para 35 años, y los que le cuelgan por sus atributos, y silencios, pero no les seria posible a sus vendedores secundar el acto de rebeldía, pues quitándose una prenda a cada grado a los 27, ya se estaría en bolas, y no es plan en estas, recibir la visita de una inesperada inspección disciplinaria, y advirtiera que no se está en el uso de las prendas reglamentarias.
De nada valdrá decir que se trata de una adhesión solidaria para el ahorro energético, un fidelismo de apoyo a las medidas ecológicas y sostenible, para nada servirá que se diga que por compasión al menos mire la temperatura que alcanza el termómetro, (34 grados), no vale insistir que lean las disposiciones existentes de salud e higiene en el trabajo. El llamado protocolo de denuncia estará iniciado bien por tener las almejas al alcance del publico, por tener mustio el nabo ,los huevos en el mostrador, y las carnes fueras del frigorífico, con lo cual cuando llegue la posible multa será para quedarse helado.
Sevilla a 4 de Julio de 2008
Francisco Rodríguez Estévez

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