miércoles, 3 de diciembre de 2014


Código

Está bien esto de codificarlo todo, a mayor información menos errores, viene a ser como un sarampión desde que el código Da Vinci nos mostró el criptex que los resuelve. No así el código de barras, ni el código civil, ni tan siquiera el código alimentario español, que cuando menos hay que estar al tanto
La noticia está en que nuestro Ayuntamiento va proceder a la instalación del código QR, nada menos que a un centenar de monumentos, así se lee en la noticia, lo malo ha sido que hay quien todavía confunde lo que es un monumento con las setas, y para nada lo de la Encarnación puede tener esa consideración, si acaso llamarle error monumental, pues no pasa de ser un epatante elemento constructivo que contamina visualmente a varios monumentos catalogados, y protegidos, por la Propia Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, amén de la fuente más antigua de la ciudad que lo mismo ni le colocan su correspondiente código..
Se anuncia que tendrá toda la información al respecto, en este de lo de la Encarnación, lo mismo nos descubre el costo total de la obra, y el verdadero costo, pues difícil sería que después de todo nos descubriera a los responsables, tal como  el doctor prometió encontrar, para exigirles las responsabilidades, pero de qué. Quien quita que no nos informe sobre la colocación de la puerta automática, al menos para que se sepa tanto por parte de los turistas como por los propios, que mucho código, mucho código, pero que se saltaron no solo la Ley de Patrimonio, también la Ley de Accesibilidad, la Ley FERAEE, las norma de aplicación en el PGOU, y hasta el reglamento municipal de mercados en vigor. Lo mismo todo esto forma parte de un código ético.
Sevilla a 3 de Diciembre de 2014
Francisco Rodríguez Estévez


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