Se hace difícil saber si querer mucho es poco cuando es tanto que ni se puede medir, asi es el amor sin medida cuando mucho siempre es poco, porque Nunca es bastante. A cambio un poco de ella es mucho, mucho más cuando no es poco, de tanto que me da, se diría que es esencia de amor.
Sentirse querido aunque sea en esas pequeñas dosis que según las recibe prende o hiela el corazón, es una suerte que llegó cuando nada esperaba, una dicha que me ha venido tal que siento cada minúscula gota como si se descargara la inesperada tormenta otoñal en medio del campo.
Un chaparrón que empapa todo mi cuerpo, y que llega hasta el tuétano, para dejarme inmóvil sin capacidad de buscar, ni encontrar donde no querría resguardarme de esa lluvia de felicidad.
Aun con todo, nada es fácil en la vida, en el amor tampoco, y nunca es bastante, ni se puede estar tranquilo, queriendo en tiempo difícil que solo ella hace normal, y la adversidad la envuelve de alegría.
La mordedura de su preciosa gata se agarró a su pantorrilla defendiéndose del gran pisotón que el desequilibrio a poco más la lleva a casi aplastar al pobre animal. Los antibióticos harán su efecto.
Por su forma de ser, por regalar amor y optimismo, todo lo resuelve, por lo cual no existe aquello que le crearía debilidad en cualquier familia que no tuviera el baluarte que es esta maravillosa mujer que no deja de sorprenderme.
No puedo imaginar porque, pero sé que ella me quiere aunque sea ese poquito que significa tanto para mi y que constato que es mucho, pues su valioso amor no es fácil de obtener, menos aun me llevaría a pensar cuanto será cuando aumente la CANTIDAD que quiero creer que me tiene reservada para su debido tiempo, y es que me conoce mejor que yo a mi mismo, y sabe que aun no tengo el corazón preparado para aumentarme la dosis.
Sevilla a 24 de septiembre de 2025
Francisco Rodriguez
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