Es la historia de un amor como no hay otro igual, y aunque parezca la letra de un bolero de mil amores esta historia supera la ficción. Se hace difícil escribir lo increíble, pero la realidad se hace imposible de creer por muy cierta que sea.
Me gustaría ponerle a la historia de esta maravillosa mujer que quiero,escribir, para que tuviera credibilidad el final feliz que le deseo, y que se merece, por cuanto se encargó de transformar su turbulento pasado, en una vida plena de entrega, y tener la fuerza titanica de desprenderse sin odio de un dogal sin amor, se diría que sin sexo equibrado, sin cariño y por tanto daño sin responsabilidad paternal, ni respeto conyugal, salvo por el resultado del animal de colchon.
Decir maravillosa es poco, pero ahí estuvo fiel en su matrimonio, como la del ramito de violeta con su demonio en la cama, soportando los envites de nueve embarazos continuados, y poder escapar con vida.
Dura vida para sobreponerse a todo ,y pasar de sumisa esposa, cautiva doncella que supo de tálamo en luces apagadas, a mujer brava. Abuela santa.
Ni que decir que ya nada hay de aquella joven que adornaba cadenas de oro en su desnuda cintura, y vestía de negro luto el tanga del deseo, en transparecias exitantes de jaimas de sultan, y serrallo de emir. Resulta inexplicable que soportara tanto, y tanto riesgo, de quien ni tan siquiera odia.
Esperar cuarenta años son muchos años para todo, incluso para aguardar por tanto tiempo a que llegara imprevisible de nuevo el amor, y acaso tambien sea una esperanza el poder amar al doblar el tiempo esperado.
Cierto es, y también que son demasiados años como para temer ya nada, ¡son tantos! se diria que son muchos para tener en esta edad llamada dorada encamados juegos gerontológicos de amor, le diré que se me hace difícil pero no imposible.... sobre todo para el todo, todo, todo, si llegara a proponerse el todo de verdad.
Y es lo que tiene la senilidad cuando nos aparece en la vida la persona que nunca encontramos a lo largo de todo el tiempo vivido, y de sopetón te da de lleno en el corazón, en la cabeza y en el puro deseo, ese vértigo que nos hace temblar.
No diré que ella tiemble, para nada, después de lo vivido, sufrido y trabajado, por lo cual el tiempo le hizo tener el pulso firme y las ideas claras. No hay dudas.
Esta es una historia que merece tener el desenlace que su fervor al romanticismo sueña. (Todo calla: En pobre cama duerme el pastor venturoso) fragmento de "La Cautiva", de Espronceda.
leeran que esto no tiene nada que ver con esta historia, pero a ella le gusta el romanticismo, y me tomo esta licencia, que pongo por amor.
Pero además la tontería no se entendería, y yo la entiendo, e incluso ella me conoce mejor que yo a mi mismo. Por más que diga que le aparto la mirada, cuando sabe que junto a ella, no dejo de ver en sus pupilas mis niñas …... que no andan que vean como deberian de ver, y tiemblo solo de pensar cómo será todo, todo, sabiendo que si cambió su vida de cuarenta años y que en olo cuatro minutos me la ha cambiADo a mí.
Y si alguna vez soñó en ser amada como ella supo hacer, el mío es ser su alumno preferido y no despertarme de él ni aunque suene la Giralda, tomando sus enseñanzas, pues amar es un arte que se aprende con clases particulares de cariño y respeto.
Así pues el final de esta historia real no se escribe hoy ni será mañana, porque ni en el mejor de los desenlaces, ni se lo creerían, y ya somos mayores para andar cambiando finales, tu en Feria yo en la Ronda, y lo que sea ya se verá. Y ella es la única que lo sabe.
Sevilla a 20 de Septiembre de 2025
Francisco Rodriguez
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