Hacen cosas
Tenía
decidido dejar aunque no fuera definitivamente esta historia por tiempos
aparcada, pero no podía desistir de hacerlo a la vista de lo que acontece.
Cuando estamos a la puerta del décimo aniversario de que esto de las setas
tuviera la primera polietapica inaugural, cuando durante diez años la ponzoña
de entrada en la sinuosa calle diera la bienvenida a cuantos trataban de
encontrar puertas en el laberinto, justo antes
de que la gota malaya, la incesante gota del escondido bajante encharcara
durante años el suelo donde existieron las escondidas puertas modernistas,
pues le ha llegado el tiempo de realizar una intervención.
La primera en lo de
las setas, plaza municipal de abastos, como el inicio de las múltiples
actuaciones rectificadoras que deberán de llevarse a cabo.
Era evidente
que tantos errores a la vista que, aunque fuera tarde, y diez años son
demasiados, era de cajón que algún día se llevaría a cabo las rectificaciones que al
fanal le son necesarias ineludiblemente, otra cosa es que las realicen.
No solo esta que evitará en lo sucesivo que siga expulsando el contaminante aire caliente de entrada, y que la gota fluya definitivamente por la
canalización adecuada en lugar de tener la caída en la cabeza de cuantos pasan, y acabe
en el deficiente alcantarillado que semanalmente llena de bajío la succión que realizan los camiones de
desatascos, tal que fueran tan mal realizados que más parece que los retretes
son utilizados por miles de personas, y pagan treinta.
Todo deja ver que son elementos intencionadamente olvidados en tanta modernidad, como la ley
de accesibilidad para que dispongan puertas automáticas eliminando las que dispusieron
con tiradores de mil manos en las pesadas hojas de apertura manual. Algo
evidente que debería de realizarse de
inmediato como medida sanitaria que eviten posibles contagios.
De igual manera
todo hace indicar que los filtros del sistema no llevan las revisiones, acaso
carezca de ellos.
Diez años para
hacer algo. Siempre algo es mejor que nada. En lo de la Encarnación aparte de lo
de las fotovoltaicas puede ser que sigan haciendo cosas.
Los placeros, tal como los clientes y paseantes que
llegan a diario por ese desacertado lugar de ventolera desagradable, sin duda notaran que ya lo le impregnará
la ropa, de lo que desprende, y el aire caliente se dispersará por los aires. ¡Hacen cada cosa!.
Sevilla a 2
de Septiembre de 2020
Francisco Rodriguez
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