Gato, siempre gato
Bajo las setas, en el laberintico fanal, donde le llaman
plaza municipal de abastos, aun queda un reducido número de resistentes como el testimonio activo de la eterna
provisionalidad e incluso de antes.
Allí entre persianas bajadas indicando la presumible inactividad posiblemente por la falta de publico, donde un bosque de enormes columnas y retorcidas paredes acristaladas llenas de silencios, presagian que hubiera gato encerrado.
Allí entre persianas bajadas indicando la presumible inactividad posiblemente por la falta de publico, donde un bosque de enormes columnas y retorcidas paredes acristaladas llenas de silencios, presagian que hubiera gato encerrado.
Cierto es que el paseante, una vez dentro queda con cierta confusión
ante la extraña distribución que le aparece, y ya
sea aun sin proponerlo, como que resulta difícil la orientación, pues se hace
complicado realizar el tortuoso recorrido en ese galimatico lugar, con diseño de
columnas y cristales, donde la exigencia de “lugar diáfano” se hace harto difícil recordando la desatinada
ubicación de las puertas. El gato está servido
Puede ser que los tiempos tengan tendencias, y que las
actuales poco tiene que ver con aquellas de afectaron a tantas que se dieron en
ese lugar, desde la demolición del abandonado convento por la hambruna de la
clausura y de paso tirar algunas casas en venganza de aquellos que no simpatizaban con los
gabachos, gato.
Y donde dejamos lo del ensanche Puerta Osario-Puerta Real, gato tambien.
y lo del incendio "fortuito" de las cuarteladas de los mayoristas, que se negaban a marcharse donde ya habían realizado un lugar. Gato, por la gatera.
Para Que recordar del derribo de la mutilada plaza que no era municipal sino consecuencia de la okupacion de los vendedores. Aunque tuviera gatos y ratas.
y el entente cordial enorme gato, para hacer una modernidad, gato y liebre en el mismo plato, pàra que en lugar de tres años de coccion, fueron treinta y cuatro de espera. Mayor gato.
Y donde dejamos lo del ensanche Puerta Osario-Puerta Real, gato tambien.
y lo del incendio "fortuito" de las cuarteladas de los mayoristas, que se negaban a marcharse donde ya habían realizado un lugar. Gato, por la gatera.
Para Que recordar del derribo de la mutilada plaza que no era municipal sino consecuencia de la okupacion de los vendedores. Aunque tuviera gatos y ratas.
y el entente cordial enorme gato, para hacer una modernidad, gato y liebre en el mismo plato, pàra que en lugar de tres años de coccion, fueron treinta y cuatro de espera. Mayor gato.
En las silenciosas mañanas de ese insólito lugar, donde ya se
han visto ratas, casi a diario aparecen grupos de asiáticos venidos del lejano
Oriente, y como gatos buscando la gatera, sin que medie palabra, pregunda o señal, ellos dan a la
primera con los deficientes retretes.
Aseos y servicio que se toman alegremente, y que evidentemente no abonan nada de los gastos que se ocasionan por tan necesitado servicio, tanto de limpieza, agua, papel,
luz y taquígrafo, y además los desatascos
semanales, pues se sufragan todos por cuenta de la
asociación de asociados, y adláteres determinados por la concesionaria. Gato montes, en la banda de la plaza.
A tropel, la extraña lengua se alza como un griterío, de
quienes tienen las vejigas a reventar, que con sus diferentes tonos de voz
viene a recordad la llamada lastimosa del gato solitario en maullidos de amor. Miau, miau.
En la provisionalidad hubo un tiempo en el fueron tan numerosos que hasta este blog tomó los suyos. fueron Emblemático, recordando las palabras del doctor Sanchez, y “Peligros” al que el arqueólogo decía que era “curto” por el color gris de su corto pelo, y vino al pelo con las excavaciones. A los gatos les gustan las ruinas.
En la provisionalidad hubo un tiempo en el fueron tan numerosos que hasta este blog tomó los suyos. fueron Emblemático, recordando las palabras del doctor Sanchez, y “Peligros” al que el arqueólogo decía que era “curto” por el color gris de su corto pelo, y vino al pelo con las excavaciones. A los gatos les gustan las ruinas.
Este maullar colectivo matinal, son los buenos días, así
traduce el Ni Hao, como reclamo de compra, y el miau, miau, que llena el eco en los espacios
vacios de laberinto, una manada de gatos, distintas camadas haciendo fotos a la pitaya nacional, hecha en
C armona, a la chirimoya, al Portobello
deshidratado, a la gran variedad de colores que ofrecen las mercancías en los puesto que en temprana hora están abiertos,
para hacer al gato ….miau, miau ,………¡no!…entonces ayon, ayon aseyo, o la venta
poliglota del delicado oxiwani narimasi, e incluso puede sonar la voz de un Aria como
riñas de gatos de la “caballé”, nadie quita que se inice un " O Sole Mio". Ya llegará Febrero.
Sevilla a 5 de Enero de 2019
Francisco Rodriguez
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