domingo, 28 de septiembre de 2008

La promesa de seguir

El anuncio

¡Adelante, por los sueños que aun nos quedan! Mire que se tuvo tiempo. Mire que se hicieron proyectos. Pues como si nada. Con la promesa de de seguir, como el anuncio, se eligió el peor de los momentos, justo con la llegada de una de las peores crisis, nada menos que para plantar en la Encarnación eso de las setas de la vanguardia de los champiñones.
El caso es que, llegado a este punto, malo será que semejante invento entre en uno de esos parones a los que nos tienen acostumbrado, y que llaman técnicos, para realizar los ajustes, especialmente los de las cuentas, pero todo será mucho peor si aquello se deja medio acabado, y lo de la estación del metropol, junto con lo de la energía renovable quedaran en el olvido. Entonces, el retraso, que ya se cuenta por años, de acometerse estas distracciones, la demora alcanzaría décadas.
No las tiene todas consigo para el futuro de este mercado, al que llamaron emblematico, en el que mas que mimo, los vendedores, (los cuarenta que resistan bajo las chapas para cobijarse bajo la epatante cubierta del polietapico complejo), sentirán escalofríos y estertores de un final, posiblemente no deseados. ¡Adelante, por los sueños que aun nos quedan!
Parecería más razonable que, sabiendo que el mercado municipal quedará en explotación por el concesionario, en este caso adjudicatario y constructor, y que serán las rentas de los vendedores una de las partidas para recuperar la inversión, y siendo previsible que alcance los alquileres y servicios una magnitud fuera de los cálculos como para que estos pequeños comercios tengan clara la viabilidad, sería bueno que se estudiara otra salida, tal vez la compensatoria, para que los vendedores alcancen los sueños que aun le quedan, y se olviden, como el metro, la promesa de seguir, para no acabar como este.
Sevilla a 29 de Septiembre de 2008
Francisco Rodríguez Estévez

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