Es la historia de un amor como no hay otro igual, y aunque parezca
la letra de un bolero de mil amores esta
historia supera la ficción. Se hace difícil escribir por increíble, pero la
realidad se hace imposible de creer por muy
cierta que sea.
Me gustaría ponerle a la historia de esta maravillosa mujer que quiero,escribir, para que tuviera credibilidad el final feliz que le deseo, y que se merece, por cuanto se encargó de transformar su turbulento pasado, en
una vida plena de entrega a sus hijos , y tener la fuerza titanica de desprenderse sin odio de un dogal
sin amor, se diría que sin sexo equibrado, sin cariño, y por tanto daño causado por la inresponsabilidad paternal a tantos hijos, ni del respeto conyugal en veinte años, salvo por el fecundo resultado del animal de colchon.
Decir maravillosa es poco, pero ahí estuvo fiel en su
matrimonio, como la del ramito de violeta con su demonio en la cama, soportando los envites de nueve embarazos continuados, y poder
escapar con vida.
Dura vida para sobreponerse a todo ,y pasar de sumisa esposa,
cautiva doncella que supo de tálamo en
luces apagadas, a mujer brava. Abuela santa.
Ni que decir que ya nada hay de aquella joven que adornaba cadenas
de oro en su desnuda cintura, y vestía de negro luto el tanga del deseo, en transparecias exitantes de jaimas de sultan, y serrallo de emir. Resulta
inexplicable que soportara tanto, y tanto riesgo,tanta crueldad de
quien ni tan siquiera odia.
Esperar cuarenta años más son muchos años para todo, incluso para aguardar por tanto tiempo a que llegara imprevisible de nuevo el amor, y acaso tambien sea una esperanza el poder amar al doblar el tiempo esperado.
Cierto es, y
también que son demasiados años como para temer ya nada, ¡son tantos! se diria que son muchos para tener en esta edad llamada dorada encamados juegos gerontológicos
de amor, le diré que se me hace difícil pero no imposible.... sobre todo para el todo, todo, todo, si llegara a proponerse el todo de verdad.
Y es lo que tiene la senilidad cuando nos
aparece en la vida la persona que nunca encontramos a lo largo de todo el tiempo vivido, y de sopetón te da de lleno en el corazón, en la cabeza y
en el puro deseo, ese vértigo que nos hace temblar.
No diré que ella tiemble, para nada, después de lo vivido, sufrido y trabajado, por lo cual el tiempo le hizo tener el pulso firme y las
ideas claras. No hay dudas.
Esta es una historia que
merece tener el desenlace que su fervor al romanticismo sueña. (Todo calla: En pobre cama duerme el pastor venturoso) fragmento
de "La Cautiva", de Espronceda.
leeran que esto no tiene nada que ver con esta historia, pero a ella
le gusta el romanticismo, y me tomo esta licencia, que pongo por amor.
Pero además la tontería esta no se entendería, y yo la entiendo, e
incluso ella que me conoce mejor que yo a mi mismo. Por más que diga que le aparto
la mirada, que no la aguanto, cuando sabe que junto a ella, no dejo de ver en sus pupilas mis niñas …... que no andan que vean como deberian de ver, y tiemblo solo de pensar cómo será todo, todo, sabiendo que si cambió
su vida de cuarenta años y que en olo cuatro minutos
me la ha cambiADo a mí.
Y si alguna vez soñó
en ser amada como ella supo hacer, el mío es ser su alumno preferido y no
despertarme del placer ni aunque suene la Giralda, tomando sus enseñanzas, pues amar es un arte que se aprende con clases particulares
de cariño y respeto.
Así pues el final de esta historia real no se escribe hoy ni será mañana, porque ni en el mejor de los desenlaces, ni se lo creerían, y ya somos mayores para andar
cambiando finales, tu en Feria yo en la Ronda, y lo que sea ya se verá. Y ella es la única
que lo sabe.
Sevilla a 20 de Septiembre de 2025
Francisco Rodriguez