viernes, 31 de enero de 2025

En el centro de mayores

 

                                                                                                                                                


                                                                                                               
                                                                                                                                                                      

Mi tiempo de júbilo

Este tiempo que me ha hecho perezoso, en el que iba a realizar no se cuantos proyectos para cuando llegara, me ha cogido como más ocioso. ahora ni escribo mis historias de lo que acontece y apenas amplio el blog que tengo casi abandonado.

Tenía el tema de las sombras, aquellas sombras que fácilmente se podrían conseguir, más cuando se hace evidente que serán altamente necesarias en la Feria de Mayo, ya sea en el formato antiguo o tradicional que me gusta, o el cambiado de la ocurrente idea del doctor, por cierto muy aplaudido, y el caso es ¿porque no le dedicamos a la Feria ya sea de Mayo, ya sea de Abril, Feria de Sevilla , la semana completa y todos contentos?.

 Pues venía a decir esto por que en la pasada a la persona que trabaja como vigilante en la caseta que frecuento, pues como que en la calurosa tarde le dió un patatús, con susto añadido, causado casi con seguridad por pasar tantas horas bajo el tórrido Sol del poniente, y tal vez que por aquello ahora sea de temer que, ya fuera por el cambio climático, que algo ocurra si "la caló" llega en el mes de Mayo, que en ocasiones es tiempo veraniego, y acaso suceda por la falta de interés en la delegacion  en su responsabilidad, para colocar algo  de sombra en el Real, para paliar todo el calor que se veran sometidos los feriantes en esos festivos  días de Mayo, y muy  especialmente padeceran cuantos ocupantes de las aceras de albero que  calientan sus copas y vasos en sus manos, sin poder contar con la bondad que una sombra les brindaría. Sombras, siempre sombras.                               

Tenia la intencion de escribir sobre las residencias gerontológicas, esas que no podrÉ pagar con mi pensión de autónomo, y que ya me causa preocupación llegar a ser viejito sin saber donde me tocará cuando llegue el dia y pueda llegar a ser un trasto al que hay que recoger.


Tambien habia pensado contar lo del coche que no era aerolito y vuela por el firmamento infinito eL Tesla Roadter, asi pues me vino la idea escuchando la noticia, que parecia tonteria, y  me recordaba al gran Diego Valor en su silla volante en lucha permanente con el Mekong, de radiofonico recuerdo infantil, o escribir sobre el cine de Gonzalo Pelayo, el director de peliculas de estilo propio y que me envía todos sus estrenos mundiales, desde su residencia argentina.

 Pero en este tiempo de júbilo vuelvo a coger el teclado para contar como paso mi tiempo jubilar en un centro de mayores, que nunca pensé que llegaría a pisar, mas teniéndolo en frente de mi domicilio. 

Allí por enésima vez estoy intemtando aprender a tocar la guitarra, al menos que me suene por sevillanas, y tambien tengo prevusto, si obtengo una de las pocas plazas que determinan la clase, y que tengo solicitada, que lo mismo aprendo a bailarlas. 

Se ha acabado lo que llaman taller de tres meses de duracion, en el que he participado para la realizacion de un cortometraje, pero ahora tenemos que esperar que contraten una nueva agencia, para continuarlo.

En tanto he descubierto el billar, a lo que nunca jugué,  pero no se me está dando mal del todo, para ello estoy entrando en youtube para ver carambolas esplicadas, y tratar de recordar la realización para cuando tenga oportunidad de tirarlas. Buen grupo personal el de los billaristas, ellos  son entre si, amigos de años, al  que trato de integrarme.

Las mujeres son mucho mas participativas en los distintos talleres que se ofrecen, bailan, cantan en rondalla,  pintan, leen, cosen, realizan gimnasia, y siempre son mayoría, salvo en el dominó y un juego de cartas que llaman roby, que solo practican los hombres.

Con tanta actividad se pasa el tiempo diario con rapidez y por eso no aparece la sociabilidad posible con gente hasta ahora desconocida, y que mas cuesta en esta edad llegar alcanzar un vinculo, y que no pasa, por el momento, del que marca la actividad, ni que decir que son ellas las que muestran más curiosidad por saber.

Sevilla 1 de Febrero de 2025

Francisco Rodriguez

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