Los señalaitos
En las fechas que estamos, cuando generalmente aprieta el calor en esta ciudad tan escasa de luces en San Franciso, a la que tanta falta de sombras se hace notar en las aceras, los señalaitos son días que cada año nos lleva inexorable a un tiempo de recuerdos.
Fueron en los señalaitos donde aquella concejala se propuso, cuando le estaba viendo las orejas al final de la alianza que lo de la Encarnacion, para aguantar un cuatrienio, tenía baza de urgencia.
Bajo la improvisación de un toldo, el trípode con polea y brillante cadena de ferretería, esperaba la colocación de primera piedra. Llegado el momento, la amplia sonrisa de la concejala mostraba la dentadura de grandes dientes, para comerte mejor, y con la simpatía maliciosa de “esto no hay quien lo pare” el simbólico acto tenía una cierta aceleración, visto y no visto, por cuanto los compromisos de agenda de la responsable, en estos señalaitos días, la llevaban a la otra orilla en la que el ágape seria tumultuoso en el Altozano.
No tuvo suerte esta piedra más allá del detalle grafico, las prisas no tuvieron en cuenta factores como ausencia del proyecto, e inexplicablemente la falta concursal de toda actuación publica, y lógicamente sus propios socios le impidieron seguir adelante con los faroles.
El tiempo y un nuevo consistorio se veía llegar, donde ya no tuvo lugar tanta intrepidez.
Levó la cosa hasta el año del capricho. Evidentemente lo de la Encarnacion y sus cuatro piedras, dejaban ver las luces existentes de una responsabilidad de dudoso gusto, y amplia sombra.
Seis años más tarde, y la piedra había desaparecido, junto con mas de media Hispalis, la Isbiliya y la Sevilla gabacha y conventual que quedo atrapada en la huida.
Ventidos años de entonces, dia para señalar.
Sevilla a 25 de Julio de 2021
Francisco Rodriguez
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