Atención al pagano

En tiempo de malaventa y mascarilla, la cuenta hay que tenerla en cuenta y cada vez se hace más difícil entender los mecanismos que en la entidad bancaria donde saben más de lo que se tiene que el propio poseedor de la cantidad que deposita. El sábado se hace propicio para realizar los pagos si se incluyeron los ingresos que la maquina registra, descontándola ipso facto de las cuentas de los clientes pero se demora en contabilizarse en la propia.

Bien temprano enciendo el ordenador para conocer las noticias y de paso comprobar si disponemos de cantidad para efectuar desde casa los pagos pendientes y comprobar el estado de la cuenta si quedaron registrados los ingresos, nada por el momento la pantalla dice que se ha producido un error, y no encuentro la manera que me permita acceder a la cuenta abierta en la entidad bancaria que tanto cobra por los escasos servicios, y que se hacen indispensables por cuanto estamos en clara dependencia del sistema para todos los gastos que se originan.

En la pantalla que me niega hasta el numero de identidad, la clave, bancaria, y cuantos datos me significan no se establece operatividad. Llamar a la entidad es una odisea, mil números de pago y los que dicen ser gratuitos lanzan pitidos desagradables. Horas mas tarde un nuevo teléfono de atención al cliente es atendido por una voz humana automatizada que solicita todos los datos personales, y avisa que se me atenderá en breve. Treinta minutos más tarde se corta los mensajes de publicidad que cada minuto repetía.

Para poder hacer los pagos a proveedores ha sido necesario cambiar de clave no sin dificultades, aun no se ha incrementado la cifra de la malaventa que se hacía necesaria para dar cumplimientos a estos compromisos. La entidad bancaria catorce horas después no ofrece un saldo actualizado de los ingresos, pero ha descontado los costos que ocasiona ser cliente, evidentemente sin atención, al menos hasta que el lunes me permitan entrar en la sucursal y expresar la desatención prestada. Puede ser que mañana domingo sea posible. El pagano no cree, yo tampoco.

Sevilla 20 de Febrero de 2021

Francisco Rodriguez