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viernes, 24 de septiembre de 2010
Los palos del sombrajo
Las partidas
Es cosa del destino encontrarse en el sitio adecuado en el momento justo. En lo de las setas, justo cuando se acerca el momento de que en ese centrico sitio por años abandonadop definitivamente encuentre destino nada menos que esa cosa, mas cabe pensar que el mayor, merito estará en que cuanso menos se acabe.
Se afirma recientemente , y con gran sonaja, que el gran merito de hacer “eso” con madera es para que sea un hito mayor de lo que, por desconocimiento, en esta ciudad se le tiene, a los caprichos del poder.
Es cosa del destino encontrarse en el sitio adecuado en el momento justo. En lo de las setas, justo cuando se acerca el momento de que en ese centrico sitio por años abandonadop definitivamente encuentre destino nada menos que esa cosa, mas cabe pensar que el mayor, merito estará en que cuanso menos se acabe.
Se afirma recientemente , y con gran sonaja, que el gran merito de hacer “eso” con madera es para que sea un hito mayor de lo que, por desconocimiento, en esta ciudad se le tiene, a los caprichos del poder.
Este comentario, que solo puede partir del desconocimiento que se tiene esta ciudad, llamada de las personas, pues no es mayor merito afirmar nada, que para reconocer que lo de la madera es un hito tan grande, tan grande, que no le hace falta mas que verlo. (Casi mojón)
Otra cosa es lo de sostenibilidad, que como se puede ver a estas alturas, no es que aquello se pueda caer, por mucha nieve que caiga sobre la reforzada cubierta, ni tampoco como los operarios se sostienen con sus cuerdas de vida mientras montan los andamios, las maderas, y el puente.
Tampoco cabe que le instalen, si no quieren, las obligatorias fotovoltaicas, ¡faltaría más! La cosa parte de la sostenibilidad en la conservación de mil trescientas setenta y cinco toneladas de las finas laminas de maderas pegadas, cortadas, tratadas, repasadas, pintadas, ensambladas, pegadas, atornilladas, con mas de cuatro mil intersecciones metálicas, remachadas y soldadas, que forman esa cubierta, y tener que ponerla a salvo con una póliza de mantenimiento anual.
Otra cosa es lo de sostenibilidad, que como se puede ver a estas alturas, no es que aquello se pueda caer, por mucha nieve que caiga sobre la reforzada cubierta, ni tampoco como los operarios se sostienen con sus cuerdas de vida mientras montan los andamios, las maderas, y el puente.
Tampoco cabe que le instalen, si no quieren, las obligatorias fotovoltaicas, ¡faltaría más! La cosa parte de la sostenibilidad en la conservación de mil trescientas setenta y cinco toneladas de las finas laminas de maderas pegadas, cortadas, tratadas, repasadas, pintadas, ensambladas, pegadas, atornilladas, con mas de cuatro mil intersecciones metálicas, remachadas y soldadas, que forman esa cubierta, y tener que ponerla a salvo con una póliza de mantenimiento anual.
Sabido es que en la madera se hace vital, para la duración en el tiempo, que tenga una adecuada y perfecta intervención para su conservación, cosa de elevado costo, pero que para la sostenibilidad del icono este tiene que tener partida propia, junto con las del mirador panorámico, las del alquiler del edificio municipal desafectado, y las de subvención a los placeros.
Ahora se explica el por que no se le pusiera las fotovoltaicas. Extrañaba que no hubiera sitio en la madera para instalar los paneles obligatorios que permiten el ahorro económico utilizando para el consumo eléctrico la energía solar.
Claramente se advierte que junto con las inspecciones de los filtros de refrigeración obligatorios, estas serian unas partidas que por su dificultad de integración en los lotes no tuvieran la posibilidad de ser asumidas en el capitulo de gastos que la iniciativa municipal a tenido a bien cubrir generosamente, como mediadora del conflictos de intereses surgidos, y en evitación de nuevas demoras inaugurales.
Ahora, como en la madera el pegamento, solo falta que aparte del documento de las garantías e intervención, aquello tenga los repasos anuales de mantenimiento. Que si no, seguro que se nos caen los palos del sombrajo.
Sevilla a 24 de Septiembre de 2010
Francisco Rodriguez
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