martes, 10 de febrero de 2015

MERCADO DE LA ENCARNACIÓN | Dos años después de la inauguración

'Nos vendieron un paraíso que no es. Nos engañaron'

Un puesto de fruta en el nuevo mercado de la Encarnación. | Jesús Morón
Un puesto de fruta en el nuevo mercado de la Encarnación. | Jesús Morón
  • El mercado de la Encarnación cumplió el día 19 dos años de su apertura
  • Los placeros no han visto cumplidas sus expectativas en la moderna plaza
  • 'Nos dijeron que lo más bonito y lo más moderno era lo mejor y no es así'
  • 'El público sí ha aumentado; pero las instalaciones no son adecuadas'
  • Dos de los 40 puestos del mercado están cerrados por falta de rentabilidad
  • Los olores a veces son insoportables y la maquinaria está ya obsoleta
"Nos dijeron que lo más moderno y lo más bonito era lo mejor para nosotros", dice Juan Carlos Vázquez, propietario de un puesto de recova en el mercado de la Encarnación, mientras carga cajas y distribuye la mercancía recién llegada en vísperas de los días grandes de las fiestas. "Y a la vista está que no es así", se lamenta.
Tras 37 años de provisionalidad, el alcalde Alfredo sánchez Monteseirín inauguró las nuevas instalaciones del mercado dentro del complejo Metropol-Parasol el 19 de diciembre de 2010, poco antes de dejar la Alcaldía. De eso hace ya dos años. "Nos engañaron", dice hoy Juan Carlos Vázquez, que es también presidente de la asociación de comerciantes del mercado de abastos de la Plaza de la Encarnación. Aquel sueño que construía el gobierno de Monteseirín, parece que no ha sido un buen sueño.
"¿Que cuáles son los problemas?", responde a la pregunta del periodista. Se para un momento, levanta la vista de las cajas que está ordenando y resopla. "Muchos: los olores del mercado, que no está bien construido, la maquinaria que nos pusieron, que no es buena, tiene dos años y parece que tiene diez, la respuesta del Ayuntamiento, que cuando se avería alguna cosa tarda en arreglarlo una eternidad...".
Dentro del mercado hay varios paneles que recogen la historia del mismo resumida en titulares y las propias características de la plaza: 3 puertas de acceso, 40 puestos de 19,23 metros cuadrados, distribución de los puestos en forma de islas, 10 puestos de frutas y verduras, 9 carnicerías,12 pescaderías, 3 ultramarinos, 2 puestos de congelados, 2 cafeterías y una joyería...".
Pero hay dos puestos que han cerrado hace algunos meses y que siguen sin abrir. Dos pescaderías, en concreto. "Realmente no se están cumpliendo las expectativas", explica Vázquez. Los dos puestos que han cerrado no han podido hacer frente a la crisis general que afecta a todo el mundo, "ni a los problemas de unas instalaciones que no son las mejores", insiste el presidente de los placeros.
Admite que desde la apertura del mercado, la afluencia de público ha aumentado de manera considerable respecto al que iba a la plaza provisional abierta en 1973. "La gente viene, es normal. Si le lavas la cara al mercado y lo pones bonito, claro que viene, el público se ha triplicado. Viene y pica, eh. Porque la calidad, la variedad y los precios que hay en este mercado no los hay de Despeñaperros para abajo en ningún sitio", explica Vázquez con orgullo.
Pero no es oro todo lo que reluce. El precio que pagan por los puestos los placeros es otro de los motivos de su malestar. "Es sólo medio razonable", dice Vázquez. Está algo por encima de lo que pagan los titulares de los puestos de otros mercados de la ciudad. "Como las instalaciones eran nuevas esto iba a ser un paraíso... Pero no es así. Nos han vendido un paraíso que no es".

Abierto para los rezagados

En casi todos los puestos hay carteles que avisan de que el mercado estará abierto los días 23 y 24 de diciembre, domingo y Nochebuena, para los rezagados que dejan las cosas para última hora. Muchos, aun así, preguntan si se abre el domingo. El trasiego de gente es considerable desde primeras horas. Varias mujeres con carrito de la compra se sientan en el puesto número 1 del mercado a desayunar. En la barra, dos hombres solos. Dos chicas atienden El gourmet del Parasol, desayunos a precios ajustados, comidas caseras para llevar, "hacemos las recetas del método Dukan". Todo con productos del propio mercado.
Desde el interior del mercado se observa el exterior del Metropol Parasol. | Jesús Morón
Desde el interior del mercado se observa el exterior del Metropol Parasol. | Jesús Morón
El bar está junto a una de las puertas de acceso al mercado, la que da a la calle Regina, muy cerca del solar donde estuvo durante 37 años, de 1973 a 2010, el mercado provisional, hoy convertido en aparcamiento. En la entrada del mismo, un cartel con un teléfono para quien quiera abonarse. Los locales comerciales que rodean la plaza aún no han abierto. Pero ya se observa en algunos de ellos cierto movimiento a esta hora de la mañana.
Los locales se entregaron un año después que los puestos del mercado. La encargada de una cervecería explica que la experiencia para ellos está siendo muy satisfactoria. "La verdad es que es una buena zona", aclara. Sus problemas no son, desde luego, los mismos que al otro lado de los cristales, donde tienen tantos motivos para las lamentaciones como para las celebraciones.

Breve historia del mercado

Los paneles repartidos por la plaza de abasto se remontan a 1810, año en el que se derribó el convento medieval de la Encarnación que se levantaba donde hoy los puestos de verduras y las pescaderías. En 1842 se construyó en el mismo solar el mercado de la Encarnación, comomercado central de la ciudad. Casi siglo y medio después, en 1973, se demolió el edificio, que presentaba algunos problemas estructurales importantes y se trasladó el mercado a unas instalaciones provisionales, en las que permaneció durante 37 años.
Entre 1991 y 1999, el solar, muy degradado, se utilizó como aparcamiento. Se diseñaron varios proyectos para el lugar, incluido unpárking subterráneo cuyas obras se paralizaron en seguida tras aparecer los primeros restos arqueológicos. El solar, en pleno centro de la ciudad, atesoraba restos de todas las civilizaciones que han tenido presencia en Sevilla, desde la época visigoda a nuestros días.
En 2004, salvados los escollos por los restos aparecidos -la Junta rescindió el contrato con el equipo de arqueólogos al que le encargó el estudio de los restos aparecidos en el solar y colocó al frente de la excavación a un nuevo arqueólogo que desatascó el proyecto-, se eligió, mediante un concurso internacional de ideas, el proyecto del alemánJürgen Mayer para la construcción del nuevo mercado.
Dos años después, en 2006, se adjudicó a Sacyr la construcción del Metropol-Parasol -rápidamente bautizado popularmente como las setaspor su peculiar aspecto- y en 2010, el 19 de diciembre, tras invertir unos 110 millones de euros, el alcalde Monteseirín inauguró el mercado, antes incluso, de que estuvieran concluidas las obras del complejo Metropol-Parasol, inauguradas a finales de marzo de 2011, justo antes de la campaña electoral. El complejo se dio por terminado de construir el 12 de mayo de 2011, diez días antes de las elecciones municipales. No hubo más inauguración, porque la ley electoral prohíbe inaugurar nada en las inmediaciones de una cita electoral.

A nadie le salen las cuentas

Hace unos días se ha conocido que la empresa Sacyr, adjudicataria de la construcción y explotación del complejo Metropol-Parasol -plaza de abastos aparte-, le reclama al Ayuntamiento de Sevilla 35 millones de euros por las pérdidas que en estos dos años ha tenido. Las expectativas tampoco se han cumplido para ellos.

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