La santería y los números
( Esto es un regalo de mi viejo ordenador tiene fecha de 2003, cuando
aun faltaba mas de diez años para inaugurar la Encarnación.)
La santería cubana encuentra en los números un valioso elemento sus
santeros para hacer las predicciones, pues a cada uno le
dan su interpretación y significado. Allí, en la isla caribeña, casi todos
conocen ese lenguaje mágico y pseudo divino que les ofrece
la numerología.
El ocho es un número especial, representa la resucitación de lo
muerto, de lo perdido, pasiones y amores en especial, y de todo aquello de
difícil solución. También es el numero ocho el que representa a la Virgen
matrona, que es como dicen a su patrona, la de la Caridad del Cobre, tanto los
agnósticos como los católicos de la Perla del Caribe, donde cohabitan santones,
ateos fidelistas y católicos entre socialismo e imperialismo pasándose de
matute los dólares de mano en mano como auntentica falsa moneda.
Aquí las perlas no se encuentran entre dos valvas, si no entre dos plazas,
donde en la cohabitación los santones imponen sus manos, sanadoras
de defenestrados, abiertas y cerradas, levantadas como voces y susurros de
fideles………….. adestes, cerrándose como ostra con perla y sin cambio a mano, !Todo
un número!
El ocho define a Blancanieves y los siete enanitos del bosque. El ocho como
los siete niños de Ecija. El ocho, como la madeja del escudo, más liada que la
pata de un romano, como un candidato haciendo sus cábalas
preelectorales. El ocho, como los tentáculos del “architeitus” tan buscado como
deseado. El ocho era el número del Parador de la Encarnación que…… muerto
el mercado, acogió a los placeros que aún resisten en el laberinto de sus ocho
calles provisionales, a cual solo pueden acudir aquellos intrépidos
clientes que salvan todos los obstáculos que, tanto “Obras” de nunca acabar,
como “Trafico” en caos continuado, se empeñan en ponerlo cada vez más difícil
cuando no imposible.
Ocho será el número de los proyectos si es que se realizara con este, el
Mercado de la Encarnación ¿Será este último, el octavo, el definitivo?
Si así fuese podría posibilitar su resucitación,
como un Lázaro ascendente, para que en el 2006, que también suma
ocho como las provincias andaluzas, podamos en su esplendor contemplarlo hecho
una realidad, acaso un “cristo”. Todo viene a ser una coincidencia pero... ¿Y
lo de la Virgen? No encuentro otra explicación más que sea la de la
Encarnación, de cuya advocación tomó la plaza de abastos nombre por la
esclavitud allí fundada, esclavitud que recientemente resurgió del
olvido, gracias a la Hermandad de los Terceros, la de la “cena” con
lo que con toda la seguridad la del Subterráneo le tendrá concedida la venia.
Mercado sotano.
Como pueden comprobar, lo que importa, como dijo el Alcalde, es que
salgan los números, ya sean “rojos” o de risas, así pues, todo
dependerá del que haga el ocho, el próximo elegido.
Sevilla a 14 de Marzo de 2003
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