La memoria
Lo malo de no tener memoria, o perderla con la intención de olvidar algo es que siempre tendremos las hemerotecas. Por el poco tiempo transcurrido en esta historia de lo de la Encarnación, debería estar fresca en la memoria reciente todo lo acontecido, pero por si es conveniente, no viene mal recordar el asunto para la débil memoria.
Dicen los analistas de la crisis iniciada en este 2008, (que se hará insostenible para los mas débiles), que la cosa hace años que se veía venir, y mantienen que, aunque corresponde a los mas fuertes sostenerla, con el equilibrio económico que ayude a salir de los números rojos, (en los que el parón técnico permanecerá por mas tiempo que el deseado), y que solo será posible si se hace una responsable gestión, haciendo un mejor aprovechamiento de los recursos, y con medidas solidarias, para evitar las desigualdades que se crearon. Tal como en lo de la Encarnación. Encarnación de crisis.
Lo mismo le sucede a la constructora de la ocurrencia micologica, cuando se compromete a realizar ciclópeo experimentos, de cobro lento, cuando almacena titánicas deudas con una veintena de bancos. Todo es cuestión de gestión.
Ahora que todos sabemos lo que ocurre, caeremos en la cuenta de que el nuevo paron que viene sufriendo lo de la Encarnación, desde que dejaron los alemanes de pegar los tablones que tenían que estar para antes de Navidad, según lo anunciado, pues no será en esta ocasión, dicen que debido a la seguridad, esas que deberían estar tomadas, junto con todas las medidas después de la fallida inauguración de hace más de un año.
Es posible que todo esto arrancara en el principio, cuando el concurso de adjudicación, fecha que los analistas económicos determinan el inicio de la actual crisis.
De las cuatro propuestas que se presentaron para hacerle a la Encarnación la faena de perderle su histórica memoria, se eligió la que por su aparente solvencia generaba la confianza de poder llevar a cabo la realización del llamado proyecto estrella, el buque insignia, en definitiva , otro “olímpico”.
Si la memoria no falla, la desviación cronometrica sufrida se elevará a mas de dos años de demora, y algo más del doble la económica, cosa que será insostenible, pero en esta ocasión no tendrá la culpa el olvido de las celulas fotovoltaicas.
Sevilla a 23 de Noviembre de 2008
Francisco Rodríguez Estévez
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