
Ya están aquí
Tres meses de un largo verano se han llevado en la famosa fábrica
de cristales para realizar uno que reemplace a aquel otro que inesperadamente
estallo, ya que ni era templado, ni mucho menos irrompible. Que estallara el
cristal curvo de la vitrina dejó al descubierto que la adjudicataria no llevó a
cabo ninguna lectura acerca de lo reglamentado en cristales, y lo que es peor,
que tanta responsabilidad, así como otros tantos funcionarios y también aquellos
que debieron estar al loro de lo que se hacía con los 4.400.000 euros de
equipamiento, estuvieran tan distraídos,
que el capricho del doctor se saltara a
la torera no solo leyes, normas y reglamentos, sino que además en cuestión de seguridad en el empleo
de los inadecuados cristales en las destartaladas
vitrinas de la plaza municipal como que más
parecía que rebozaban ignorancia.

Ya están aquí, después de tres meses han llegado en esta
mañana, lamentablemente no está bien realizado, ha salido corto de longitud y
largo en la altitud. La mañana que comenzó con un grito, aviso irrefutable de
que habían llegado después de ocho años bajo el micológico lugar. La presencia
de las ratas, era el presagio.
Lo mismo
el cristal encuentra una solución.
Sevilla a 19 de Septiembre de 2018-
Francisco Rodriguez
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