Primero de Octubre

Después de este periodo de silencio en el que tanto me ha costado guardarlo, desde el abandono de la trinchera, que este bastión, ahora, visto desde el centro de operaciones  se atisba en lontananza.
 Un nuevo lugar de ocupación, sitio ideal fuera de la linera de fuego en el que iniciar, acaso la postrera etapa de una batalla por el momento inacabada.
Una guerra que posiblemente tiene su inicio esta fecha de primero de Octubre, de hace 44 años, cuando la diáspora de los pobrecitos placeros les llevó a las provisionalidades eternas de los bindovilles.

En la barricada del micologico ventanal ofrece la panorámica exterior que crea en los viandantes la confusión de buscar infructuosamente la existencia de una puerta donde la lógica se hace patente. En el centro de operaciones, de entrada, se está para otras cosas.
Cierto que se hace difícil explicar nada a quien se niega reconocer, pero aun lo es más hacer que desde lo pantagruélico importe la frugalidad. Siempre la desigualdad.

Parece mentira que algo que se hace necesario, y por más que la Ley de Accesibilidad de los edificios públicos le llegará tambien su dia del 4 de Diciembre,Santa Bárbara, al igual que este 1-O, de Santa Teresita, que tantos recuerdos trae de la Encarnación, que por tanta amenaza ha llegado, alcanzado las cotas de vergüenza  que muestran las imágenes televisivas, y que el ministro define “paripé” catalanista, mas el “paripé” al menos lo dieron con un costo político, judicial, administrativo, efectivista, y sonado, si contamos lo que supone en euros movilizar las fuerzas generales, que se estimaran en varios millones, por lo que a todo ello, al escuchar lo de “paripé”, me viene a la memoria lo de cafelito, ese que me invitaba a tomar en su despacho, para explicarle una vez mas lo de colocar la puerta automática en lo de las setas.

En el centro de operaciones la opulencia hace olvidar la parvedad, que puede importar desde allí quién cubre la aspillera  del  emporio de riquezas, locomotora del sector y sinergia del comercio de la ciudad de las personas que le construye sueños, según la propaganda del tiempo rosa, en especial si en el duermevelas los pobrecitos placeros de tanto mimo, no espabilan. 

  Hoy con tanto "independetismo" cambio de canal televisivo y la sintonía me lleva a ver “ Mercados de Rusia”. Apenas hay generos en los puestos, pero al menos todos tenían puertas automaticas, seguramente allí se conocerán la Ley o cuando menos las normas sanitarias que eviten tocar los pasamanos y picaportes. Solo tenemos que esperar a Santa Bárbara y de una vez la responsabilidad se pone a la altura.

Sevilla a uno de Octubre de 2017  

Francisco Rodriguez