miércoles, 1 de marzo de 2017



Imagen relacionadaLa Ley

Aunque existe el viejo dicho de quien hace la Ley hace la trampa, no es menos cierto que estas son de obligado cumplimiento, y su omisión o transgresión debe de tener el justo castigo.
En esto de la Ley, que existen para todo, cabria pensar que los responsables públicos tienen amplio conocimientos al respecto, mas aun cuando cuentan con equipo jurídico suficiente  para que estudien la repercusión de esta en la toma de decisiones.  Con lo público no se juega.
Cierto es que la responsabilidad municipal tiene cada día muchísimos asuntos que gestionar y que necesitan para resolverlos de una gran cantidad de informes, pero evidentemente cuando se trata de cumplir la Ley  cualquier dilación solo puede dejar ver la laxitud, y la ineficacia demostrada en la inexplicable demora, pero el caso es que en esto de lo de la Encarnación, aparte de las aleatorias puertas y su caprichosa instalación por pares, se diría que no existe el menor  interés de los munícipes  para llevar alguna acción paliativa que lleve al mejoramiento comercial de un espacio harto abandonado por los responsables y especialmente hostil para aquellas personas que intentan llevar a cabo una compra.
Por supuesto que tanto el actual  Alcalde Juan Espadas, como el anterior, y por delegación los ediles que corresponden, y aquellos otros de los demás grupos políticos que forman el consistorio, como el anterior, no podrían decir que desconocen la Ley, la Ley de Accesibilidad, que otra cosa sería la de Patrimonio Histórico de Andalucía, la Ley FERAEE, las normas de sostenibilidad y el propio Reglamento en vigor,( cuando la adjudicación) de mercados de Abastos de la Ciudad de Sevilla, pero para el asunto de la puerta automática en la travesía central de la laberíntica plaza de abastos municipal, nos bastaría saber que este asunto no le puede resultar extraño a ninguno de los mencionados , responsables e irresponsables.
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Por el contrario no deja de ser algo curioso que se siga manteniendo la idea de las transgresión de la Ley, y el dar por soslayado el propio reglamento de mercados, cuando sin desconocimiento se mantiene esta lamentable actitud, y eso debe de ser algo tan penoso que no se puede dar crédito, a nada de nada,  (tu decides)ya  que bastaría la indicación, como bien sabe, del responsable municipal, para que proceda la parte contratante adjudicataria a llevar a cabo cuando menos la instalación de la puerta automática, que aparte de cumplir la Ley, posiblemente mejoría el recorrido anti-comercial que desde la inauguración vienen soportando en silencio los “pobrecitos placeros”  
Sevilla a 1 de Marzo de 2017

Francisco Rodríguez Estévez 

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