Cabía la posibilidad, pero por cómo es ella sucedió lo posible y la lógica ante la incertidumbre que me creo la noche, ¿Por qué no iba a llamar?
En menos de un minuto contestó mi deseo de buenos días, después de una noche en vigilia y con un amanecer frio muy diferente al de días anteriores, en los que el sueño me ataba a la cama con la pereza de un adolescente. Buenos días.
Un minuto más tarde un wapsap pregunta ¿tienes hago que hacer a las 11.30? Estuve pensando durante tres segundos que tendría que hacer a las 11.30. En la agenda mental de las múltiples actividades de octogenario jubilado y ocioso puedo llevar a cabo, sin tener que acudir a ninguna de las citas medicas que se acumulan entre revisiones, vacunas, consultas y especialistas, ya sea de podología, oftalmología, o dermatología, amen de las de urología y cardiología y las cotidianas de traumatología, ya sabéis, la columna, la cadera, la rodilla, las fascitis plantar, la artrosis de la mano, del dedo y ese dolor al caminar rápido que se encaja en la ingle y que no echas cuenta, y por supuesto que no tenga un implante que de la lata, o te recuerde el Mernier cuando no las cervicales, que hasta las vueltas de las sevillanas o el ascensor de cortigles puede producirte vértigo. Y entonces, tras esos tres segundos de memoria contesto “esperarte”.
Tres horas faltan y ya estoy a punto de salir a la calle. Hago tiempo ordenando cajones donde ni sé donde guardo nada y encuentro el artilugio que creí había prestado a alguien y no me lo había devuelto. Son las 9 de la mañana sentado delante del teclado, voy al blog que hace días que no sustancio ante la falta de ganas y menos de ideas hoy tiene 840 entradas , no suele ocurrir tal cantidad. Antes tenía un contador que indicaba la procedencia de los visitantes, donde Rusia y Japón lideraban el interés de su lectura. Desde allí puedo ver la puerta del centro de mayores, y es posible que algún billarista haya llegado.Pongo el temporizador tengo que salir con treinta y cinco minutos para llega con puntualidad. Intento jugar pero no estoy centrado y las bolas se empeñan en no chocarse ante la distracción de mi mente que me lleva a la reja de su casa, desisto. Aun hay tiempo para nueva partida con otro jugador, y más de lo mismo, no importa llegare un pcoco antes y esperare.
Justo cuando la pequeña Julieta, al sentirme en su olfato corre hacia mí para recibir las caricias que le colmo se vuelve a la normalidad del paseo que no ponemos ruta en la soleada mañana. Hemos roto ese temor a decir cosas que callábamos sin motivo ninguno, y además sin sentido entre adultos. El juego del amor no ofrece su suerte al ludópata, pero juego pàra estar convencido que mi suerte es haberla conocido gracias al juego. Extraña paradoja
La primitiva no puede tocarme, tengo suficiente, y solo aceptaría pequeños premios, tal vez el reintegro. Volvemos a ver los “reborn "que tanto le gustan, diría que uno de ellos tiene mi parecido, en el escaparate nos sentimos como colaboradores necesarios de tantas criaturas adorables, casi de verdad. Antes habíamos comprado un pañuelo morado que me coloca en el cuello, lo llevare estos días en los que su simbólico color recuerda cuánto daño sufre el silencio de la mujer amedrentada sobre el percal de la bajera.
Me siento novio enamorado viéndola elegir los utensilios de
cocina, le encanta, asi vamos viendo las batidoras, las cafeteras, las
tostadoras, ahora la limpiadoras redondas que cambian el agua, ahora la
plancha, y qué decir de los colchones, le gustan blandos y a mi duros,
almohadas de látex, cojines....., un proyecto de sueño. Ahora, la Navidad, Belenes, árboles,
bolas, y toda la fantasía de los ángeles, y hasta un gordo Papa Noel, las estrellas doradas
y espumillón multicolor. Está feliz. Me encanta verla.
De vuelta voy luciendo mi pañuelo violeta atado a mi mano, pasamos por el lugar que Antonio Punta era cliente de un bar que no existe, y nos detenemos en el nuestro, donde el primer dia. La invitación a almorzar no prospera, cierto es que ambos tenemos la mesa en nuestras casas, pero estamos solos. Así iniciamos el camino de regreso, creo que los puntos perdidos se recuperaron.
Tenemos fiestas pendientes para celebrar antes de Nochebuena, que no puedo pensar como la pasare ,y que junto a ella sería cosa maravillosa, mas si prepara el delicioso redondillo de ternera blanca con el amor que ella hace todo.
Se nos fue la mañana han sido 3 horas que se pasaron en tres minutos, cuando llegue a casa con el pañuelo rosa aun sentiré su risa cuando apretaba el nudo corredizo en mi cuello del que no quisiera nunca escapar.
Sevilla 21 DE Noviembre de 2025 Francisco Rodriguez Estevez
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