lunes, 28 de agosto de 2017


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Acertar el momento

Sin duda lo más difícil de la toma de decisiones es acertar el momento en llevarlas a cabo, es de tal importancia que poco sirve todos los estudios sobre el cómo y el donde, si él cuando no se hace con la oportunidad del acierto.
Acaso pueda parecer que después de seis año y ocho meses, el momento era el acertado, por todo será el tiempo quien pueda determinarlo.

Una vez que infructuosamente por todo ese tiempo traté inútilmente que los dolientes placeros, los pobrecitos que decía el doctor, tanto de manera individual como en el nudo anónimo de la colectividad pudieran entender los beneficios de se obtendrían con la colocación de puertas automáticas, acaso en mejor distribución de las actuales de pesadas hojas abatibles, y dado que ni el actual consistorio con sus promesas, ni los anteriores de tal guisa, quisieron atender esta reclamación que se fundamenta en la Ley de Accesibilidad de edificios públicos, Ley que  como bien saben nuestros ediles el plazo para su cumplimiento expira el próximo 4 de Diciembre festividad de Santa Bárbara Bendita, pues todo lleva a llegar a pensar que ni en modo alguno habría para que fuera la empresa constructora, adjudicataria y concesionaria, aquella que motu proprio fuera a realizar puertas automáticas, cuando menos para mejorar evidentemente las pésimas condiciones comerciales que el laberintico diseño ofrece para  en una más que decadente plaza municipal de abastos se vienen a producir, impidiéndose intencionadamente, gracias a la laxitud demostrada de tantos responsables, para una revitalización que lejos de otros inventos redundaría en beneficio general.

Al menos después de todo lo mismo el acierto ha sido elegir el momento de dejar la trinchera y de ese modo que sean otros, si es que en la propia debilidad les viene las luces, y lleguen a encontrar soluciones lejos de tonterías virtuales on line, y al menos advierten la necesidad  de las puertas automáticas. Siendo mí deseo que lo consigan. Acaso sea el momento.
Hoy he dejado el gran ventanal que me permitía contemplar el paso de la mayor crisis económica, y como ahora pausadamente se observa una mejoría en el tránsito de las personas, que incluso siguen buscando una puerta imposible. posiblemente haya sido al momento acertado.
Sevilla a 10 de Agosto de 2017

Francisco Rodríguez Estévez

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