Acertar el momento
Sin duda lo más difícil de la toma de decisiones es acertar
el momento en llevarlas a cabo, es de tal importancia que poco sirve todos los
estudios sobre el cómo y el donde, si él cuando no se hace con la oportunidad
del acierto.
Acaso pueda parecer que después de seis año y ocho meses, el
momento era el acertado, por todo será el tiempo quien pueda determinarlo.
Una vez que infructuosamente por todo ese tiempo traté inútilmente
que los dolientes placeros, los pobrecitos que decía el doctor, tanto de manera
individual como en el nudo anónimo de la colectividad pudieran entender los beneficios
de se obtendrían con la colocación de puertas automáticas, acaso en mejor distribución
de las actuales de pesadas hojas abatibles, y dado que ni el actual consistorio con sus promesas, ni los anteriores de tal guisa, quisieron atender esta reclamación que se fundamenta en la
Ley de Accesibilidad de edificios públicos, Ley que como bien saben nuestros ediles el plazo para
su cumplimiento expira el próximo 4 de Diciembre festividad de Santa Bárbara
Bendita, pues todo lleva a llegar a pensar que ni en modo alguno habría para que fuera la empresa
constructora, adjudicataria y concesionaria, aquella que motu proprio fuera a
realizar puertas automáticas, cuando menos para mejorar evidentemente las pésimas condiciones comerciales que el
laberintico diseño ofrece para en una más que decadente plaza municipal de abastos se vienen
a producir, impidiéndose intencionadamente, gracias a la laxitud demostrada de tantos responsables, para una revitalización
que lejos de otros inventos redundaría en beneficio general.

Hoy he dejado el gran ventanal que me permitía contemplar el
paso de la mayor crisis económica, y como ahora pausadamente se observa una mejoría en el tránsito
de las personas, que incluso siguen buscando una puerta imposible. posiblemente haya
sido al momento acertado.
Sevilla a 10 de Agosto de 2017
Francisco Rodríguez Estévez
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