lunes, 20 de marzo de 2017


Epilogo

Nadie diría a la vista que aquello fuera alguna vez un bullicioso lugar, templo de los sentidos, locomotora del comercio, y sinergia del sector, pero al verlo.... todo hace presagiar que aquello solo se ha quedado en la sombra del esplendoroso pasado y la propaganda de las vanguardias, pacto de progreso, con el  anuncio de un futuro mejor, pero hoy, el presente decadente  está marcando en los últimos tiempo los de una forma de comercio, llámese tradicional, que desaparece de forma galopante.
 Lo de la Encarnacion bajo setas plaza municipal de abastos  transformada en laberinto cuasi  desértico, es puro silencio, lo que por temido  hace prever eso que llegará a ser lamentable, más si cabe siendo aun evitable, y es que los pobrecitos silentes acaso piensan aquello de que no hay mal que cien años dure, y bastante tienen con aguantar los dos trienios soportados.
Se diría que los responsables, concedente y concesionario,  no aciertan a encontrar la solución que ni piensan, lo mismo se creen que esta tiene que aparecer en cualquier momento. Y todo sin buscarlas.
Más de seis años y ninguna acción paliativa, y los pobrecitos placeros haciendo mayor si cabe el silencio, y así será harto difícil que estos pocos  que resisten sin reclamar nada, y sin formular ninguna exigencia al respecto, puedan  encontrar respuesta alguna, en las partes que tienen responsabilidades de aquello. Administración y concesionaria-adjudicataria.
Resultado de imagen de bicicletas por el interior de la plaza municipal de abastos de la Encarnacion de SevillaEl silencio de los placeros nos hace ver el futuro desalentador de las plazas municipales de abastos, por cuanto su desaparición queda anunciada a nada que empieza y se hace palpable  cuando se advierte el  proliferar de los puestos cerrados como muestra inequívoca del abandono de la sinergia colectiva, y estos buscan hacer camino con la opción diferenciadora del  tuneado personalizado.
Tiene ese pelín de cainismo el mundo del laberinto, mundo cane, donde existe ese fondo de supervivencia egoísta por el que  se hace repercutir las consecuencias que puede tener en el futuro la perdida de algún componente tal que poco importara más que llegar aunque fuera solo, y finalmente ser absorbido por el gastrobaris.

Hoy como quien no quiere la cosa, me viene a decir desde la responsabilidad que pueda haber, ante la insistencia que hago al requerir  una puerta automática para eso de la Encarnacion (plaza municipal de abastos) al objeto de que cumpla cuando menos la Ley de Accesibilidad en los edificios públicos,  pues casi con frivolidad diría preocupante me recomienda, que lo que tengo que hacer para que se instale la puerta automática,  pues que en lugar de escribir tanto que no sirve para nada, me  prioriza que lo primero es recoger firmas, y luego acto seguido denunciar. No me dejó otra, y me la puso a huevo, por lo que le dije: Y tú, para que estas entonces......para  que..

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