martes, 23 de agosto de 2016

setas

Adiós, Mariano, adiós

Se marcha, es inminente. No esperaba que tuviera esta salida de puerta falsa, cuando podía haberlo hecho por la grande. Mariano se pone en fuga para perder toda la responsabilidad que se podía pensar que podría soportar. ¿Cuánto le quedo por hacer?
Ser responsable de todas las deficiencias que en los últimos años se llegaron a descubrir era algo que no se entendería, salvo como dejo dicho el doctor Sanchez, pues en lo de la Encarnacion nada puede entenderse por lo que la hace inexplicable. Acaso por ello jamás en la responsabilidad tuvo la menos intención de llevar a cabo ninguna medida paliativa, y las que se llevaron a cabo pues…. al saber perfectamente que contaba con la complicidad de la otra responsabilidad, a tenor por las actuaciones pelin irresponsable, pues lo mismo se ocupa una via publica bajo la escalera,  con vistas a la Hispalis, que se concedían licencias de venta y cambio de especie en el llamado mercado municipal, esto si atender lo previsto en los contratos con los placeros ni al pliego de condiciones en la adjudicación, pero que podría importar.
Mariano se marcha y con su silencio ha dado muestra que cinco años y ocho meses no ha sido tiempo suficiente para que esta edificación tuviera el prometedor futuro de las cuentas que le hicieron, mas solo puede comprobarse la ruina y traspasos a la baja por la mala gestión de los responsables incluido los pobrecitos placeros. Se marcha por la puerta que desde hace mas de dos años se encuentra estropeada al igual que otras tantas que pasan de reparación, sale  justo por donde dos aleatorias puertas, dos puertas, de pesadas hojas hacen la entrada a un reducido espacio que conecta a un ascensor inutilizado.
Se marcha Mariano, se aleja de este lugar que por mil veces pudo comprobar que faltaba una puerta, y mil veces se la exigí que fuera automática para cumplir la Ley de Accesibilidad, cruza la desértica plaza municipal de abastos advirtiendo todos los puestos cerrados que en buena medida tienen su responsabilidad como gestor. Acaso le despida la ponzoña del aire caliente y pestoso que se deja notar en la sinuosa calle cubierta. Mariano se marcha y por más que diga que no pudo hacer nada, es evidente que desde la zona de carga y descarga de uso caprichoso, hasta los ajustes secretos del prorrateo, pasando por los continuos atascos y las deficiencias de las salidas de pestoso aire, seguro que pudo hacer algo al respecto en la responsabilidad. Ahora irresponsable, como que tendremos que encontrar a alguien que por lo menos instale la puerta. Adiós Mariano, adiós.
Sevilla a 23 de agosto de 2016

Francisco Rodríguez Estévez

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