Adiós, Mariano, adiós
Se marcha, es inminente. No esperaba que tuviera esta salida
de puerta falsa, cuando podía haberlo hecho por la grande. Mariano se pone en fuga
para perder toda la responsabilidad que se podía pensar que podría soportar. ¿Cuánto
le quedo por hacer?
Ser responsable de todas las deficiencias que en los últimos
años se llegaron a descubrir era algo que no se entendería, salvo como dejo
dicho el doctor Sanchez, pues en lo de la Encarnacion nada puede entenderse por
lo que la hace inexplicable. Acaso por ello jamás en la responsabilidad tuvo la
menos intención de llevar a cabo ninguna medida paliativa, y las que se
llevaron a cabo pues…. al saber perfectamente que contaba con la complicidad
de la otra responsabilidad, a tenor por las actuaciones pelin irresponsable, pues lo mismo se ocupa una via publica bajo la escalera, con vistas a la Hispalis, que se concedían
licencias de venta y cambio de especie en el llamado mercado municipal, esto si
atender lo previsto en los contratos con los placeros ni al pliego de condiciones
en la adjudicación, pero que podría importar.
Mariano se marcha y con su silencio ha dado muestra que
cinco años y ocho meses no ha sido tiempo suficiente para que esta edificación tuviera
el prometedor futuro de las cuentas que le hicieron, mas solo puede comprobarse
la ruina y traspasos a la baja por la mala gestión de los responsables incluido
los pobrecitos placeros. Se marcha por la puerta que desde hace mas de dos años
se encuentra estropeada al igual que otras tantas que pasan de reparación, sale
justo por donde dos aleatorias puertas, dos
puertas, de pesadas hojas hacen la entrada a un reducido espacio que conecta a
un ascensor inutilizado.
Se marcha Mariano, se aleja de este lugar que por mil veces
pudo comprobar que faltaba una puerta, y mil veces se la exigí que fuera automática
para cumplir la Ley de Accesibilidad, cruza la desértica plaza municipal de
abastos advirtiendo todos los puestos cerrados que en buena medida tienen su responsabilidad
como gestor. Acaso le despida la ponzoña del aire caliente y pestoso que se
deja notar en la sinuosa calle cubierta. Mariano se marcha y por más que diga
que no pudo hacer nada, es evidente que desde la zona de carga y descarga de
uso caprichoso, hasta los ajustes secretos del prorrateo, pasando por los
continuos atascos y las deficiencias de las salidas de pestoso aire, seguro que
pudo hacer algo al respecto en la responsabilidad. Ahora irresponsable, como
que tendremos que encontrar a alguien que por lo menos instale la puerta. Adiós
Mariano, adiós.
Sevilla a 23 de agosto de 2016
Francisco Rodríguez Estévez
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