viernes, 10 de junio de 2016

Resultado de imagen de neurologoTres semanas después

No me había hecho ilusiones, pues el sistema lo hace mas que dificultoso siendo algo tan sencillo, pero es cierto que a pesar de todo albergaba la esperanza, ya que puesto el asunto  en conocimiento de una nueva responsabilidad, distinta a las anteriores, y que esta mostraba tal grado de interés por el asunto que parecía que se pudiera solucionar. 
De hecho, lo de la puerta va para más de cinco años  y medio, en cambio lo de la mordida se está acercando al medio año bisiesto,  y es nada menos que el del mono de fuego de los chinos (el que abre puertas y heridas) que otro podía ser.
Pasadas las tres semanas después de la entrevista sostenida con la responsable nada hace presagiar el futuro que el mico augura (abrir la puerta), por más que fuera bajo la micologica cubierta de madera donde se consume como rescoldos la ilusiones de unos placeros que no ven salida en el galimatico laberinto, por lo que fácil sería empezar por la puerta.
 Cuatro semanas después de la visita al cirujano al que era perceptible ver que mas tenia de cierto mosqueo por el sistema, que interés sanatorio y a nada, a primera vista, no hace otra cosa que enviarme al plástico, al mismo tiempo que ni remite el continuado dolor al tacto, posiblemente con indicios suficientes, según otros galenos, que tengan un origen neuropatico, y a todo esto con las premisas con notificaciones de otras citas enviadas por el sistema para que valoren el alcance del problema, pero que por el momento este se encuentra como lo de la puerta automática de lo de la Encarnacion, que ni dan soluciones, y en esto de la punta, como que tengo el palpito del herido anular que  pasado tanto tiempo  posiblemente ni se le vea la mas minima. El trámite es el trámite.
Me ocurre con la herida del dedo, al tener toda la sensación que este tumefacto anular acumula toda la intención de querer escapar , y salir como un glande hinchado de la piel estrecha de un prepucio que le aprisiona al menor intento por asomarse tal que fuera por una puerta inexistente y quedara cegando todo intento.
Cuando me visite el médico que conoce la evolución de la mordida que me tocó padecer en parte por la desatención en aquel momento que se requería y en parte por dejar una herida durante tantas horas esperando una intervención que se presumía fácil, pues …..al igual que lo de la puerta está visto que las intervenciones fáciles nos hemos propuesto hacerlas siempre lo más difícil posible, por esta vez, siendo martes como el planeta rojo y mi henchido dedo, le haré hincapié tal como me aconsejan cuantas personas lo muestro que me remita al neurólogo de la casa. Digo, que por cambiar.
En cuanto a lo de puerta automática, pues parecía que el cumplimiento de la Ley de Accesibilidad sería motivo más que suficiente , para no tener que realizar los partes de guerra tal fueran a enviarse al  mismísimo Marte, que por aquello de protector de las plazas de abastos sería mejor a Mercurio, aunque esté prohibido en los termómetros. Al final todo es cuestión de medir, que diría Priapo, pero me temo que hay demasiadas cosas que se hace imposible, y no solo el tiempo, pues al parecer si miras una estrella, dicen que se hace en el pasado.
 Eso siendo la buena, ni me imagino la mala. Que son tres semanas, o cuatro, ¿Un mes?
Sevilla a 10 de Junio de 2016

Francisco Rodríguez 

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