miércoles, 3 de febrero de 2016

El tiempo
(Por San Blas la cigüeña verás)

Cuando tras un cierto plazo de espera anhelaba obtener una respuesta positiva, mas diría coherente a la pregunta formulada, pues resulta que después de tanto tiempo, advertimos en su lectura que son las evasivas las que colmatan de tinta la blancura del papel, para no dar, ni de cerca, no con la que con ilusión era esperada, sino con la inconcreta,  que es aun peor que la negativa que siempre se podría rebatir en algún lugar, en algún tiempo.
No por el tiempo uno se hace sabio, por suerte tampoco diablo, pero después de tantos años en la plaza municipal de abastos de la Encarnación, en sus tres modalidades, en la vetusta, en la efímera, y en la patochada final en la que con seguridad me tendré irremisiblemente que jubilar, algo debo de saber de esta, por más que de continuar mas pareceré que los años me hicieron necio e inocente, pues de nada basta saber de lo que se sabe, si poco o nada puede hacerse en esto de las plazas municipales de abastos.
Acabo de recibir la nota, esa que esperaba, en la que se argumenta una respuesta que seguramente tendría otra pregunta, y en consecuencia no vincula aquella a lo de la puerta en lo de la Encarnación, que bastaría reiterar una,  y  cuantas veces sean de menester, que no es cosa caprichosa cual fuentes bultos, parterres amebas, y bancos curvos de sevillanísimo estilo, sino que es una obligatoriedad que se tiene en los edificios públicos de colocar puertas automáticas al objeto de que cualquier persona con discapacidad  en movilidad pueda entrar o salir sin necesidad de ayuda, y eso se contempla en una Ley, la Ley de Accesibilidad.
Otra cosa serian aspectos comerciales de este laberintico mercado cuando la aleatoria colocación de sus puertas, después de pasado más de cinco años, hacen que resulte altamente incomodo y desorientador para los clientes.
No solo por si estrambótico diseño, mas por los muchos factores que se dispusieron y que hacen de la plaza municipal de abastos de la Encarnación, aparte de ser un lugar falto del bullicio que se requiere, lo que se ha creado son desigualdades entre los vendedores, entre los bien ubicados y los que se encuentran en lugares, que por el pésimo diseño de recorrido anti-comercial, están solitarios, y el aspecto desertico  no hace sino depreciar este mercado sin futuro que entre estos viarios solitarios y los puestos cerrados, más aquellos vendedores que  a pesar de  los altos costos aun resisten esperando no se sabe que, lo que nos lleva a pensar que para revitalizar aquello, evidentemente no solo bastaría colocar una o más puertas automáticas, pero la respuesta que he recibido es deprimente.
juntadeandalucia.es/organismos/igualdadypoliticassociales/areas/discapacidad/accesibilidad/paginas/normativa-accesibilidad.html
Ahora nos remite a otra responsabilidad, tal como en otro tiempo, y  de eso apenas me queda,  pues no merecerá la pena permanecer por más fechas donde se empeñan en no llevar ninguna acción paliativa por mejorar un espacio público, como es la plaza municipal de abastos, donde un proyecto incumple la Ley de Patrimonio de la Junta de Andalucia, donde una calle peatonal se convierte en bar de copas, donde la zona de carga y descarga, y zonas de servicios queda fuera del ámbito municipal, donde la ley FERAEE, queda soslayada, y  las normas de sostenibilidad se olvidan en esto que fue llamado “fruto del papanatismo” nada menos que por un “mies van de rohe”, y donde el reglamento de mercados en vigor ni se tuvo en cuenta, ni mucho menos las normas básicas de aplicación en  la comercialización de perecederos de la Junta de Andalucía.

En fin solo quería que se colocara una puerta automática, y ya ven………como entre unos y otros se pasa el tiempo,  y van mas de cinco años por lo que archivaré esta respuesta junto con las otras, después de tanto tiempo...........- .
 En Sevilla a 3 de Febrero de 2016 (San Blas)
Francisco Rodriguez Estevez

No hay comentarios: