jueves, 26 de noviembre de 2015

La racha

Todo parece indicar que la mala racha, por suerte, se está acabando y todo empezará a cambiar. Como el que no quiere la cosa desde que perdimos parte del anular pues como que me faltaban las ganas, así llevamos para cuatro meses que no salía de los centros de salud, y no es que encuentre bien, pero es que hasta aquí ha llegado el médico de familia, el cirujano plástico y el inspector, y con todo, a fastidiarse.
Ahora es la tensión arterial, cosa que nunca me sucedió que se ha disparado inesperadamente a mediciones preocupantes, y hace que apenas me quede animo con tanta preocupación como para volver a lo de la puerta.
Diría que entran un síndrome Mozart, y en lugar de tanta tautología empleada, mejor seria enviar el canon “leck mich in Arsch” , eso si,  con todo cariño, a aquellos que deberían de haber realizado las indicaciones para que lo de la Encarnación tuvieras puertas automáticas como Dios manda. Y lo mismo a estas alturas, no me hubiera subido ni la tensión.
Hace unos días hemos recibido a un emisario de una delegación municipal. Basta decir que ya esto de la puerta es sobradamente conocido por los responsables políticos de los cinco grupos que forman el actual Consistorio, y en ellos está la decisión. 
Pero no solo lo de la puerta urge reparar en esta laberíntica plaza municipal, pues no es de recibo que ni se sepa la superficie que ocupa dicho espacio y ni tan siquiera que zonas son comunes: No me voy a repetir sobre la omisión del reglamento municipal de mercados en vigor , ni la demora de los más de tres años, ni quiero hacer referencia a las penalizaciones, cuando ahora que recobro la salud y el estado de ánimo me centrare en el problema de la reflexión de la luz en la vitrina, donde se puede ver que el solomillo esta por las nubes, como mi tensión arterial, y la ternera blanca asoma por la terraza lavadero de la casa de enfrente.
 Ni que decir tiene que el anterior delegado tuvo la ocurrencia del estor, ¡mio fratello! pero que no lo pagaba, es mas no podía contener en caso de colocarse ninguna publicidad patrocinadora. ¡Qué cosas!, Pues además no quería , ¡Que idea! que le pagara esta ocurrencia ninguna publicidad, ni que fuera solo en esta zona , que para “no romper la estética, dijo, debería de ampliarse a todo el perímetro acristalado”.  Ni sé cómo no me subió la tensión aquel día.
Con la documentación que hace unos días le he aportado a este emisario de la Delegación correspondiente, y dado el mayor interés que parece demostrar su ordenante, y ya con los niveles cardiacos normalizados naturalmente que me ha vuelto el deseo de contar estas cosas del hito,(siempre se lee mojón) y por aquello del síndrome Amadeus con tantos diuréticos y laxantes, caca, pedo, culo, pis, estoy por mandar mis mejores deseos para que este mojón( entiéndase hito) de la Encarnación de una vez por toda salga lo de la puerta aunque sea de nalga, pero que no sea otra cagada.
Sevilla a 26 de Noviembre de 2015

Francisco Rodríguez Estévez

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