domingo, 22 de noviembre de 2015

Cambiar o no cambiar

Según Hawking (que no cree ni en Dios) nos viene a decir que todo cambia con el tiempo en este universo en movimiento, por mas que permanezca en silla de ruedas.
Cambian las personas y los lugares, a veces ocurre con brevedad, y de forma súbita se puede apreciar el resultado,  en otras ocasiones ocurre tan lentamente que resulta imperceptible.
 También hay cosas que son fáciles de cambiar,  y otras en cambio parece que fuera imposible que se necesitaría un milagro.
Se cambia de sexo, de pareja y de pircing con toda normalidad y no pasa nada. Cambia el clima, cambia el gobierno, incluso los regímenes políticos. Hace cuarenta años nadie pensaría cuanto se ha cambiado. Hoy la isla de Lampedusa, para que nada cambie, se llena de refugiados huyendo de los cambios. Sera por cambiar.  
De hecho recientemente cambiamos la hora atrasando los relojes, y parece que se está en el intento de recuperar la otra que perdimos hace ochenta años. Mas difícil sería recuperar los cielos, que se perdieron durante  el periodo de provisionalidad de una Encarnación, ahora de setas, que también sobrepasó los ocho lustros.
Resultado de imagen de gallo que cambia de color con el tiempoPor cambiar, hasta el gallo cerámico cambia de color cuando acerca el anticiclón de las Azores, y se vuelve rosa. Rosa y azul, marcan el cambio. Se cambia la dirección de calles en el intramuros de esta ciudad, y hasta existen anillos que marcan con su color el estado de ánimo. Todo se puede cambiar. No es menos que también se pueda cambiar la carrera oficial, incluso el orden de paso en la madrugada.
También cuando interesa se puede cambiar el reglamento de mercados municipales, sin llegar a entenderse, ni explicarse los motivos de tal cambio, incluso cambiar de actitud soslayando leyes y normas en esto de la setas, para llegar a cambiar no se sabe cuántas veces el proyecto, los plazos, y los costos. Se puede cambiar tanto como una calle por un bar con suelo de lucernario al pasado..
Más no es fácil hacer cambios, cuando se vota por el cambio. Costará pensar que en lo de la Encarnación lleguen a cambiar las puertas por puertas automáticas, será más difícil todavía que lleguen a cambiar la caprichosa colocación de la que dispusieron, pero quien quita que esto sea una de esas cosa que se cambian de inmediato, tal que pareciera que por un milagro se aplica el mas común de los sentidos, aunque hubiera bastado con la vista, para ver aquello, y para leer las leyes, normas y reglamentos que  por no mirar no repararon en leer, y ahora puede que responsablemente reparen, lo cual significaría que puede producirse el cambio. Cambiar, o no cambiar, esa es la cuestión.
Sevilla a 22 de Noviembre de 2015-

Francisco Rodríguez Estévez

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