martes, 13 de octubre de 2015

Resultado de imagen de el no lo haria perros
El no lo haría

La campaña era como una llamada a la conciencia de aquel que abandona su perro, como si fuera un juguete y lo deja en cualquier punto de alguna carretera secundaria. Nada comparable con el fidelismo del animal, pues evidentemente que el nunca lo haría.
 Una campaña que demuestra que la persona en ocasiones es irracional. ¿Acaso se detiene en saber que puede suceder?
Como cada año, como cada verano, aparecen por la zona un mayor número de perros dejados a su suerte por sus dueños. En pocos meses hace pensar que tanto la tristeza, la falta de alimento, la lluvia, el frio, y la carretera irán diezmando la jauría que deambula asilvestrada conducida por los ejemplares dominantes. Pocos resisten, y el grupo se reduce con los meses.
Cada vez que puedo deposito algo de comida por donde suelen esconderse, es algo que realizo pensando en los pobres animales, y especialmente para evitar que salgan a la cercana carretera donde aparte de que puedan ser atropellados, y por cual motivo, no causen un accidente mayor, tal aquel que hace muchos años le costó la vida a dos buenos amigos cuando en la madrugada camino del trabajo se vino a cruzar la manada. Hoy leo la noticia de tres jóvenes han resultado ilesos del accidente al evitar el atropello y que destrozó el coche que conducían.
Será difícil que un perro abandone a su dueño. Este síndrome del perro, el nunca lo haría, me ha recordado las misma palabras para quien a la pregunta de que le parecía una cosa así, contestara que desde luego él nunca lo haría.
Nunca lo haría. En lo de las setas, la hemeroteca guarda las mismas palabras cuando esto ha sido  muchas veces preguntado, y la respuesta de que nunca lo haría se hace patente.
Incluso el candidato las vino a sentenciar. El nuevo Alcalde tiene previsto nuevas actuaciones para revitalizar estas que ya están hechas, y que nunca las haría, por más que están pagadas por el erario público en un 83 %, en metálico, según se desprende de lo dice la sentencia del TSJA.
MENTIRAS EN LAENCARNACIÓBAJA
Lo mismo si en la preconizada acciones a llevar a cabo, intentara preocuparse por lo de la plaza municipal de abastos, digo que lo mismo es algo que debería de hacer, y acaso este lugar decadente, donde aparte de los tres primeros puestos que cerraron en el primer año, y otros dos que esperan cerrados a que algo ocurra, sería mucho mejor hacer algo, antes que otras previsiones presuntamente revitalizadoras, ya que se hace difícil conservar la tradicional plaza , hoy laberíntica, con los altísimos costos y gastos que se soportan, y que a la vista está,  ha llevado su valoración a la baja, y por tanto el destino de otros tantos placeros, y  cuando menos, de por lo menos otros  seis  que aguardan a que desde el ayuntamiento se tomen medidas paliativas que revaloricen estos establecimientos, al menos para tener una aceptable retirada, en cantidad similar a la que se aportó para evacuar la provisionalidad.
Ya el contrato con la concesionaria avisaba de que esto podía suceder, por más que la oposición en aquel tiempo ni le preocupara el destino de tanto dinero en setas, y  menos el de los placeros. La oposición nunca lo haría, es el efecto del llamado síndrome perro, y el periodista, acaso con mas visión de futuro, vaticinaba, tras la lectura y estudio del contrato firmado por los placeros que en menos de quince años la plaza de abastos no existiría.
 En el primer lustro el panorama sin puertas automáticas se hace tan duro, que más se espera que cuando menos se haga algo al respecto, pues el número de bajas tiene previsiones alarmantes. Aun así no es el momento de abandonar. Picasso es comunista, yo tampoco.
La dura vida de perro, abandonado a su suerte por su mal dueño, como la jauría que espera el hueso semanal, antes de que le llegue la mala hora, y un día cualquiera quede aplastado sobre el asfalto.
Sevilla 13 de Octubre de 2015

Francisco Rodríguez Estévez

No hay comentarios: