sábado, 8 de agosto de 2015

   
Lo mas lejos

Siempre que puedo utilizo palabras que encuentro en el diccionario, otra cosa es que lo haga correctamente, y esta en particular me preocupa pues por las definiciones del uso que  nos puede llevar a tres significados lo que puede llevar a tener serios problemas de cómo conjugarla con acierto, y por lo tanto su uso, mal aplicado, podría parecer temerario.
Esa es la razón por la que tantas caen en desuso, cuando por si podían estar en el candelero, por su fonética, y en boca de todos  estar a la última por sus significados, pues como es de temer pronunciación y significado puede en ocasiones ser aquello que se dice como no políticamente correcto.
Esta se trata de “acaloñar”, verbo de la primera conjugación, que lo mismo sirve para una cosa como para la contraria, para lo público como para lo deportivo, pues dice mi viejo diccionario que acaloñar, por más que mi ordenador no quiera reconocer esa, y por su cuenta escribe acalorar, que sin duda es otra palabra, que nada tiene que ver con la que nos trae que de esa nos dice que significa calumniar.
Lo curioso es que “acaloñar” también significa pedir responsabilidades a que las tiene de lo que se deduce que si le pedimos cuentas a la responsabilidad, esa también puede optar por creer que se le está calumniando. De ahí lo de los contubernios (convivencia con otras personas) y (alianza de intereses)
Acaso cuando se busca la verdad aparece el contubernio. Será acaso que la responsabilidad  no está para que se le exijan cuentas, pues de ocurrir tal cosa , como  que de repente el democrático derecho queda convertido en una calumnia. Por todo ello no la utilizaré por más que me pareciera interesante acaloñar a mas de una responsabilidad, pero eligiré esta otra palabra  “ábsit”, que hasta parece extraña, y hasta resulta mas elegante, y lo es aun ,as cuando puede emplearse sin miedos a las represalias como destino de cuantos pudieran sentirse acaloñados, que no calumniados cuando encuentran la salida airosa en el doble sentido en este laberinto miceno de setos, que no de setas con diseño de vanguardia del que cuesta tanto salir y mas difícil encontrar una puerta.
No dejo de pensar lo requetebién que estarían todos juntos en el ábsit, maquinando sueños para camarones  meciéndose en la corriente aunque alguno añore, si la factura lo permite, que estos fueran a ser posible de mayor tamaño. Como lo de la setas de la Encarnación.
Si bien es cierto que las setas van mejor con guarnición  de caza, pero en ábsit, hermano lobo, los cartuchos que valen salvo las bolsas bermejales, negras como las carteras llaves, son los papelones, pero de pescao frito después de quinarios. Por eso nos viene bien el verbo encarnado, que no rojo, al que tendremos laicamente que rendir cuentas de todos nuestros acaloñamientos , por no decir camándula que esa es otra.
 Sevilla a 27 de Enero de 2007
Francisco Rodríguez Estévez


No hay comentarios: