En la jauría la vida de perro se advierte miserable, pero al
menos es la vida que pueden en la suerte de hacerlo en la miseria de quien los
fue acogiendo evitándole el posible atropello en alguna carretera, lo que me
hace pensar en aquellos dos amigos que perdí cuando, un grupo de abandonados
canes asilvestrados se le cruzaron
cuando apenas había despuntado el alba, y ellos se disponían a acudir a su diaria cita con el trabajo.
Tres hermanos en su automóvil se dirigen al trabajo, y por
esquivar a estos animales sueltos que cruzan la carretera, destino de una
muerte segura tuvo otro desenlace, y la suerte
esta vez le resulto tan esquiva que en el acto fallecieron dos hermanos, un
destino fatal e inesperado.
No sé cuál es el numero de perros que cuando menos allí están
llevando la vida de perros que por suerte les evita acabar en una cuneta o causando
alguna muerte en cualquier momento, como tuvieron mis amigos, el caso es que
cada vez el grupo se hace más grande cuando cada semana se incrementa con otros tantos que fueron
abandonados.
Evidentemente los perros no saben de leyendas chinas, de
haber sido así, sabrían las consecuencias que tiene morder la mano que te da de
comer, pero es que en la miseria de la jauría el hambre es grande. Cierto es
que no pensaba que ni por un momento, cuando tantas semanas llevándole comida,
que esto me fuera suceder, pero a nada que agotado el reparto de huesos, uno de
ellos confundió el corazón que le ofrecía y de un salto lo arrancó de mi mano llevándose
también el trozo de anular. Ni sé cómo explicar un salto de más de dos metros de altura, por donde
vaciaba el contenido que le daba de comer vino a morder esta mano, a la que la enseñanza
le ha costado sufrir en sus carnes, que los perros definitivamente no saben las
enseñanzas de Zang Chang.
Despues de cuatro dias puedo volver a escribir en el teclado. ¡Que duro ha sido tanto silencio!
Despues de cuatro dias puedo volver a escribir en el teclado. ¡Que duro ha sido tanto silencio!
Sevilla 13 de julio de 2015
Francisco Rodríguez Estévez
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