miércoles, 20 de mayo de 2015

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Volver a empezar

Con el misterio de la Encarnación, nos llegará este cuarto, del tercero en que empezamos a contar. La esperanza está que para el florido quinto, los sobres secretos, que al florear el capullo dejaran de serlo, lo cual permiten vaticinar  que entre los vuelos del primero y el pirado segundo, se nos abrirán nuevas incógnitas. ¿Qué otra cosa cabía esperar de este misterio de la Encarnación?
El tercero, de principio radiante, de prisas frenadas, de hallazgos y vetos de pasos, de ventanas y parones, de vista panorámica y concurso, se termina. Un tercero de negociaciones y manifestaciones, de anclajes e informes contradictorios, de dimes y diretes, de administración y administrados, de junta y consistorio, de culturas y de barbaries, de rampa enjaulada y expediente de dominio, de adjudicatarios y liquidez, se acaba y acaba, al menos, con la incertidumbre de la plaza de abastos que, por chiripa, definitivamente se realizará en superficie (si es que comienza) antes de que se acabe el pacto (si es que se acaba)
 Todo se acaba. Todo, menos la  plaza de abastos de la Encarnación, que lleva tantos años esperando para que la acaben y ni siquiera la empiezan.
De suceder acabará por el principio, cuando el final empiece. A pesar de todo, cuando de verdad, de verdad, comience (se dice el sexto)  pero no será hasta el séptimo su final previsto, más bien el octavo, y  puede ser que acabe también como acaba este, tercero del tercero, y empiece el cuarto, (que siendo tres y uno, será el treinta y uno), para volver a empezar.
Sevilla a 18 de Diciembre de 2003
Dia de la Esperanza

Francisco Rodríguez Estévez

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