Algo pasa

Posiblemente sea lo que intuyo, pues llevar toda la vida en la Encarnación me hace conocedor de manera muy especial, diría que con total objetividad, y parcialidad manifiesta, pues no me puede ser cosa ajena.
Peor llevo que los responsables en la gestión y administración de esta plaza municipal de abastos, personas con suficiente preparación, y que no acaben de hacer lo que dicen que son sus deseos.

De un lado el delegado, que se crió en la vieja Encarnación, al que no le duelen prendas sentirse a gala como hijo de aquella vetusta plaza municipal de abastos, y que solo por eso le envío mi fraternal abrazo, pues. que decir cuando en cuatro años, en su debe nos muestra que no ha tenido ni una sola actuación paliativa para evitar la decadente situación que actualmente muestra este travestismo de plaza municipal, laberinto absurdo en su diseño, y con demasiados puestos cerrados, otros tantos en mayor numero con desesperada situación de traspasos a la baja, y otros de cierre previsto ante la falta de comerciantes interesados.

Del otro, el responsable de la concesión, que a veces abomina por las pérdidas que dice le causa, y amenaza con cancelar la concesión en vigor, y en sus deseos, manifiesta que es la plaza municipal de abastos un bastión de su propia empresa, ley motiv para acceder al concurso de adjudicación y que, como sabemos, es imposible disolver.

El argumento por pueril parece impropio de estos responsables que dicen desean que la plaza llegue a ser, al igual que aquel vicealcalde de cuando la madera, locomotora del sector, sinergia del comercio  y emporio de riquezas, y no son capaces de colocar una puerta automática, no solo para facilitar el acceso de las personas mayores, o discapacitadas, mas para que pueda ser utilizada para facilitárselo a todas las personas sin necesidad de marearse buscando una puerta por el momento inexistente.

Que algo pasa es evidente cuando se pasaron cuatro años, percatándose ambas responsabilidades del deterioro de la misma, y sea el inmovilismo, de un lado argumentando que no es cosa suya y que bastaría que se lo pidiera la administración, y del otro ni se sabe.
De un lado que si pone una puerta tendrían que colocar alguna mas, como si esto fuera algo terrible, de otra ni se sabe, ni se le espera.

Hoy se retiran las carpas de los eventos de la Encarnación que esconden a la fuente más antigua de la ciudad. Hoy se ha procedido a retirar la enorme puerta que se desplomó en la ruina de la Encarnación, y que ha sido sacada por el enorme agujero, que mira por donde ha servido para algo.
 Hoy no han venido ninguna comitiva de los candidatos a pedir el voto, Hoy sigue la puerta automática sin colocarse, y los turistas franceses se ríen cuando caen en la trampa berlinesa al llevarse el chasco.
 Por suerte ya esta situación que provoca la risa, y sentir vergüenza se me ha diluido, pero que pena que algo así pase, cuando el pasar tiene tan fácil solución, pero es que los responsables tiene confundida la realidad con el deseo, será cuestión de insistir, y al igual que la pesada puerta de las ruinas será reemplazada, esta que evitaría la ruina la colocan por pesadez, y eso es aun sería más hiriente que lamentable. Y no es para pasar, ni de broma, pues sería en todo caso para evitar que aquellos que quieran pasar no les entre la risa.

Sevilla a 18 de Mayo de 2015

Francisco Rodríguez Estévez