Cuando se está acabando el cuatrienio, justo en el último trimestre el Delegado de Consumo, al que
un día le escuche decir que él se consideraba hijo de la Encarnación, dado que su
padre tuvo negocios en esta plaza municipal de abastos, y al que recuerdo verle
por allí de pequeño, pues, no te digo, se le ha ocurrido nada menos que enviar a
los vendedores de mercado una circular para que estos puedan acceder a un curso
de formación, cabe pensar que este no será causa judicial, como hay tantos
cursos fantasmas pendientes de resolver, y que se empleará la asignación del mismo a tal
fin.
Con independencia de que siempre se pueda aprender algo, de poco
o nada les servirá a quienes, al menos en materia de plazas municipales de
abastos, posiblemente tengan más conocimiento que, no solo el propio Delegado,
que estudió derecho, sino de la persona o personas que tiene asignado para
impartirlo.
Otra cosa seria que hubiera cursos para que aquellos que
tiene responsabilidad sepan que en ocasiones tienen que rectificar, en especial
cuando algo de su competencia no alcanza el funcionamiento deseado, y en
materia de plazas municipales de abastos, evidentemente comprobamos que están en claro
declive, mas no puede ser que solo sea por la preparación que muestran sobradamente
los placeros, mas hace pensar el desconocimiento
que se tiene del funcionamiento de estas por las responsabilidades que, deberían de tener
las referencias de las plazas municipales que gozan de éxito y bien ganado
prestigio en Barcelona, y Valencia, sin duda los mejores ejemplos de gestión municipal.
No seré quien asista a este curso de formación que nos
ofrece el Delegado, pero como se impartirá de todas maneras dejaremos el sitio para algún joven que muestre interés por aprender, y al que espero no le equivoquen
las enseñanzas que reciba, pues en este tipo de establecimientos colectivos,
sujetos a demasiadas normas y reglamentaciones, ya sabemos que lo hacen harto difícil,
mas aun cuando desde la responsabilidad, concretamente en esta que en cuatro
años, no ha llevado a cabo ninguna rectificación en esta plaza municipal de
abastos de la Encarnación, donde se mantienen los errores que hacen que en
lugar de buenos negocios, en esta plaza, entre “indignación” y “ruinas”, lo más
seguro sea que tenga fecha de caducidad y por lo tanto no se percibirá los
beneficios de la enseñanza del curso que se ofrece, en especial si desde la propia administración
no se llevan a cabo las medidas correctoras, las cuales hace pensar que son del
conocimiento del Delegado, claro está, si es que quiere evitar en la Encarnación
su incierto futuro, cosa previsible. Lo mismo el gasto de este curso, de entrada, hubiera
venido bien para la instalación de una puerta automática, o dos. No te digo.
Sevilla a 4 de marzo de 2015
Francisco Rodríguez Estévez
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