A lo de la Encarnación, plaza municipal de abastos, lugar
que cualquiera que lo haya visitado habrá podido comprobar que más parece
laberinto, enrevesado sitio que aparte de lo dificultoso que se hace de su
llegada, sorprende que algo tan reciente muestre tal cantidad de errores que se
advierten a simple vista, empezando por las aleatorias puertas de pesadas
hojas, su disposición por pares, la irracionalidad comercial de su extraña y
caprichosa colocación, el galimatico diseño anti comercial, la elección del
suelo, granito porosos y oscuro, la escasez de puntos lumínicos, el desacertado
color amarillo utilizado en el formica que se ha empleado como material constructivo de los puestos, la
falta de puerta automática en la fachada de Poniente, verdadero trampantojo
para aquello que buscan acceder, y otras tantas deficiencias, sin olvidar los cuatro millones cuatrocientos
mil euros de un obsoleto equipamiento del que debe de haber factura, y que
junto con los otros espacios que componen este lugar multidisciplinar, según la
idea de Jurgen Mayer, pues resulta que
desde su inauguración en Diciembre de 2010, hasta la fecha, no se ha
llevado ninguna acción que pudiera rectificar el sinfín de errores que en
algunos de ellos mas pareciesen horrores.
Ni que decir tienen que tanto el Ayuntamiento, como la
concesionaria, conocen perfectamente cada detalle, y aunque no pueda sorprender
esta lasa actitud, al menos es preocupante.
Basta ver que los accesos a la sinuosa calle cubierta
queden indolentemente tapados, al Sur por una carpa de un establecimiento de
restauración oriental, y la Norte
escondida tras la seta uno, lo cual hace que apenas se advierte a escaso
metros.
Convendría recordar que, aunque ahora no están, esta calle cubierta tenia puertas deslizantes por rieles y apilables, muy del estilo modernista en un edifico
supuestamente de vanguardia, supuestamente sostenible, supuestamente sinergia
del sector, supuestamente emblemático, y comparado no solo con los de la
referente Boqueria de Barcelona, o el Central de Valencia, pues incluso se le llamó emporio de riquezas, y estuvo comparado, en la soflama del bucolico político, como una
prolongación de la 5ª Avenida de Nueva York, cuando aún ni habían pagado el
primer plazo de la madera de un proyecto en principio calificado imposible.
Supuestamente.
Viene al caso de que la puerta automática (que es algo
obligatorio por Ley de Accesibilidad en los edificios públicos) pues como que
no hay manera de que la instalen, y cada día, una gran cantidad de personas de
dan el chasco lastimosamente. Pena da
ver a los turistas.
Ni que decir tiene que esto lo saben tanto el Delegado de
mercado, como el propio Alcalde, la delegada de distrito, incluso el concejal
de movilidad reducida,(al parecer dice que pudo entrar sin ayuda, y sin que
nadie lo viera, montado en su vehículo).
También lo saben los Delgados de urbanismo, de
participación, la delegada de Cultura, que por cierto ni reclama la Ceres
“raptada”, para instalarla junto a la puerta automática, en lugar municipal.
También lo sabe hasta el delegado de
Triana, el de Cerro-Amate, y lo sabe la oposición, ambos grupos, tanto uno como
otro, pero no encuentro la manera de que allí se instale una puerta automática,
que sin duda mejoraría las existentes y facilitaría la afluencia de público.
Según los responsables, Concesionaria y Ayuntamiento,
escurren el bulto, y ambos preconizan que no es a ellos a quien corresponde
este cometido, pues incapaces de asumir sus responsabilidades, estos declinan
estas, justo a la otra parte, la contratante, que llegado el caso, si no fuera
por lo serio del tema, parecería que más que de Maquiavelo, fuera obra de Marx,
de los hermanos Marx.
A la Encarnación, todos enterados, le hace falta una
rectificación a la velocidad máxima, tal como cuando se cambió la calle
peatonal de la curva Sur por un bar de copas, o alquilando a la baja el puesto
de pescado, cambiando de inmediato el uso comercial, saltándose ipso facto, y a
la torera, todo el proceso establecido, y para colmo, llevando a cabo la
concesionaria esta acción inexplicable, que solo es competencia de la
Delegación Consumo, y no pasa nada, de no pasar basta decir que aparte, de los
tres puestos que cerraron en los primeros meses, y otros dos que pudieron
dejarlo a tiempo, en la actualidad, se ofrecen hasta siete puestos en traspaso,
un terrorífico indicador de que la cosa no va bien y algo hay que hacer, pues….
ni caso, ni puerta.
Sevilla a 18 de Febrero de 2015
Francisco Rodríguez Estévez
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