viernes, 27 de febrero de 2015

Fatiga de los materiales

 Al parecer eran los materiales, lo que tenian fatiga, cuando de le cayó la puerta, a las señoras que visitaban las puertas de Sevilla, ¡Que fatiguita!
Fatiga de materiales se refiere a un fenómeno por el cual la rotura de los materiales bajo cargas dinámicas cíclicas se produce más fácilmente que con cargas estáticas.. En lo de las setas no iba a ser menos y cuatro años han bastado para que aparecieran los síntomas, que evidentemente no se solucionan con bicarbonato.
Las puertas de acceso a la plaza municipal de abastos, no solo tienen fatiga, mas aun cuando el laberinto hace que el publico quede lo suficiente mareado de dar vueltas, y cuando menos contaminado con los pomos de unas puertas que vete a saber qué manos, entre el norte y el este y la crisis, hayan venido a tocar. 
Ahora se quiere llevar a cabo una inspección, la misma que se evitó hacer en su día, y con anterioridad  la de un proyecto imposible que tampoco la tuvo, y es que solo cuando ocurren cosas se le quiere poner remedio. Menos mal que no se ha decido formar una comisión de estudio.
Al menos, lo mismo remedian lo de la plaza municipal de abastos y en la supervisión in situ deciden con buen criterio colocar la puerta automática para que los placeros tenga la posibilidad de recibir tantos clientes que se podían atender y que se marchan sin encontrar la puerta en el lugar que la logica hace pensar, y con estos visitantes  en el interior se  posibilite un aumento de las ventas, aunque sea pequeño, y se les pase la fatiguitas de muerte que les causa hacer frente a unos gastos desmesurados, en un centro de la ciudad, (como barrio, despoblado), y que en el desacierto comercial para este enclave, se toman la errónea medida de alejar los autobuses de esta plaza de abastos, muy al contrario de las que tomaron los ayuntamiento de Barcelona, Madrid o Valencia como referentes de políticas acertadas en materia de plazas municipales de abastos.
A la fatiga de los materiales y las fatiguitas de los placeros, causa nauseas desde el primer instante en el que se sabe, justamente ahora, que nunca esta multidisciplinar edificación tuvo la supervisión de lo que allí se realizaba, es más todo parece indicar que la elección de los materiales, el diseño, el equipamiento tuvo una autoría desconocida, pues al menos eso afirmaba el berlinés en lo que respecta al caprichoso espacio en concesión, que a decir verdad ni se pararon en verificar el cumplimiento de lo reglamentado. 
Después de cuatro años busco las palabras del anterior alcalde, el doctor Sánchez, en el día que comunicó a los medios que, ahora es el momento de acabar (refiriéndose al Metropol-Parasol) “luego” habrá tiempo de pedir responsabilidades. Por no recordar todo lo que dijo de lo del metro, ni lo del metro-centro, y aquello de que no se explicaba, porque no se entendería, o lo del voto de calidad para añadir más millones, sin que ningún técnico, que se sepa comprobara la aplicación correcta de su empleo.
La fatiga de los materiales parece que van a acelerar la búsqueda, pues de otro modo lo mismo se pasan los años, y no solo no reparan las puertas rotas de las dificilísimas entradas a la calle cubierta, la una oculta, la otra, ni se ve, sino que al aplicar el sentido común estos inspectores que estudiaran el asunto, seguro que se darán cuenta de que en la fachada de poniente, justo en la travesía central hace falta una puerta automática, y si les alcanzo a ver, llevado a cabo su cometido, lo mismo les hago ver lo de la reflexion de la luz solar y encuentra una solución, que no sea la ocurrencia del estor, que sugirió el Delegado, y se instalan unas laminas verticales a modo de cortina móvil que corrijan esta deficiencia que da mucho más fatiga, muchas mas que durante cuatro años no hayan llevado a cabo ninguna rectificación.
Sevilla a 27 de Febrero de 2015
Francisco Rodríguez Estévez   


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