sábado, 3 de enero de 2015

 
Año nuevo

Como si fuera una Primavera travestida de frio termina esta primera semana del año nuevo, cuatro días de Sol que se compartió con el año anterior, formando un puente que ha permitido a muchas personas venir de fuera para disfrutar de nuestra ciudad, o sufrirla, y aprovechar la calidez de las horas centrales del día y contemplar los increíbles azules del cielo de Sevilla. No dejaré atrás, el “mapping”, ni la iluminacion navideña, que es un atractivo activo para disfrutar ya sean propios o extraños en familia.  
Cierto es que esta ciudad a perdido demasiado cielo, y que el gnomon de poniente ni marca las horas en la lamina de plata del rio Grande, todo lo mas cuando con dinero público se construya el puente de entrada y salida, puerta del ocaso, gasto previsible que no fue evitado, para que la entidad privada revalorice el capricho de una perversa gestión, y entonces acaso sea posible que nos enteremos de la hora, y de las horas que llevará para salir de los podios de base de la edificación bancaria. Incluso alguien subirá arriba, pues seguro que hay gente para todo, y la torre llamada “banesto”, de risa en lo que fue la expo. Todo es como un compendio de “encarnaciones”, por más que esta aun no tenga la puerta obligatoria en la plaza de abastos.
Ni que decir tiene  que lo de las setas tiene su llamada, y  hay un cierto número de personas que vienen para ver esa extraña edificación que aun rodeada de kioscos efímeros de los periódicos eventos que allí se organizan, conjuntamente con la Alameda, Ay, Alameda, y con la plaza de la mayor indignación en llegando las Pascuas, reconvertida para la chiquillería en una espacie de calle del limbo, pues la del infierno es solo para mayores. Junto al estipite de la seta cinco se ha permitido la colocacion de de la carpa transgresora convertida en terraza ocultando totalmente la todavía destrozada puerta Sur  de la sinuosa calle cubierta, para que el forasterío deguste el pescado crudo al estilo nipón tan de moda, pues con tantos obstáculos como que apenas perciben los viandantes que allí se encuentra, desde hace cuatro años, la plaza municipal de abastos de la Encarnación, con casi doscientos años de historia, y que cuando intentan entrar, pues resulta que no se encuentra la puerta en el lugar que la lógica hacia intuir que estuviera, y que además fuera automática. Cuatro años.
Es de verdadera vergüenza que tantas personas intenten entrar en esta plaza municipal sin lograrlo, y cuantas otras desisten, en detrimento comercial de esta, cada día mas desierta, y que decir cuando son otras muchas que desde la calle, tras el cristal del fanal, una vez que han  percatados que han caídos en trampa del tholo de la absurda barreduela, (esa tontería que se le llegó a aplaudir  al berlinés),reclaman mi atención  haciendo señas, y  te piden la información posible de como se puede acceder al mirador social, y con el mismo mimo que vaticinó el doctor para aquello, es decir, sin palabras, vengo a señalar a cuantos me lo solicitan que el camino que se encuentra en las esquinas suroeste, y noroeste, para que al bajar puedan acceder hasta el ascensor, por lo cual debo de entender que comprenden mis indicaciones cuando siempre al despedirse tienen un gesto de agradecimiento.
También los hay que logran entrar en la plaza municipal de abastos,  y una vez dentro  no encuentran como salir del laberinto, y otros muchos, como la indigencia, solo tratan de encontrar los aseos, los deficientes aseos, pues ni el bar de copas que sustrajo la calle de la curva Sur, ni el este de carpa transgresora dispone de los servicios que se exigen, pero como todo en esta plaza municipal  hace indicar que en el conjunto de lo de la Encarnación a los responsables publico les importa pero que muy poco, pues permite el cambio de licencias, desatiende el propio reglamento municipal, soslaya la Ley de Accesibilidad de los edifico públicos, y en definitiva cabe pensar que después de cuatro años el balance no puede ser mas pésimo. Lo peor es que lo saben, así como muchas personas que en alguna medida y son miles buscaron la puerta y no la encontraron. Y eso es algo que puede usted mismo venir a comprobar.
Sevilla a 3 de Enero de 2015
Francisco Rodríguez Estévez


No hay comentarios: