Con todo esa recaudación lo mismo ni tienen que pagar impuestos, buscando y
encontrando la igualdad y la solidaridad, todos aquellos que después de cotizar
más de 34 años obtienen una pensión que les sitúa en los límites de la pobreza,
y esta también es desproporcional cuando se emplean ayudas solidarias para
cuantos no aportaron ni un solo céntimo en una vida de dudosa laboriosidad, tal
que aquellos que pudieran ser magnates.
Estas recaudaciones facilitarían que los servicios, en
especial los sanitarios estuvieran a la altura de lo que se ha ingresado a lo
largo de una amplia vida laboral, y la atención fuera tan acelerada como la
urgencia por cobrar esta desproporcionalidad que desde donde somos todos me
aplicaron en este verano en el que todas las prioridades guardaran cola, como
enfermo del SAS esperando calmar sus males con una intervención quirúrgica,
cuando menos un año.
Tampoco podre este año reparar el conjunto de marfiles que aún
conservo junto con alguna que otra porcelana con las que a duras penas entre
espacios consigo llevar a cabo una deficiente masticación. A mi viejo coche, que me costaría una
enfermedad desprenderme de el pues le tengo amnistiado, no digo que le convendría un repasito, por lo
menos de chapa y pintura para que luzca a sus años como un clásico, pero me
temo que tanta política de siniestros argumentan que no es por el mal estado de
las carretera, ni por la mala señalización, ni por la velocidad inadecuada, ni
por las condiciones del conductor, demasiados planes renoves para achacar que
es la edad del parque del automovilístico, cuando si los viejos rockeros nunca
mueren , imagínense la exquisitez de conducción con la que tratamos a nuestros
coches cuando llevan tantos años a nuestro servicio.
En definitiva la desproporcionalidad empleada donde somos
todos, deja establecido que este será un año en blanco, donde todo seguirá
igual, con las ilusiones que hice, lo mismo si como ya soy mayor lo mismo se me
ocurre alguna idea. Los que no tienen ni idea de lo que les puede acontecer son
el visitador y su celoso superior, con sus conciencias tranquilas por el deber
cumplido, lo mejor sea que no lean los periódicos, pues dudo que con tal merito
puedan volver a dormir tranquilo.