domingo, 7 de diciembre de 2014

De pin y pon

Hace ya la friolera de cinco años, de cuando empezó aquello del sótano, (¡cómo pasa el tiempo para lo de la Encarnación!) que le escribí una carta abierta a Sus Majestades los Reyes Magos para pedirles que les llevaran a todos y cada uno de los ediles esta ciudad, una autentica ciudad de de pin y pon, para que en ella, trataran, con total independencia, sin ataduras y a su libre albedrío, donde pudieran llevar a cabo cuantas ocurrencias tuvieran a bien realizar………. con las piececitas de plásticos.
Aquí unos bloques, allí una recalificación, ahora corto esta calle, estos jardines los convierto en aparcamientos, y en definitiva cuanta creación convertida en propia ocurrencia les hicieran feliz, sin desgraciar nada.
Se ve que los Magos no me hicieron caso, por las actuaciones que se siguen en el caserío, calles y plazas, incluida la malograda de la Encarnación aunque esta vez cambiaron lo del sótano por los dedalitos, en referencia al mercado municipal al que le siguen llamando emblemático, por cuanto por el jibarismo empleado dejándole con solo cuarenta puestos resultará algo esmirriado para un mercado central que, mal que bien, no parecería lo más apropiado, si los de barrios le duplican en número de establecimientos. 
Este año les escribiré una nueva, en esta ocasión se me ha ocurrido que sería ideal de la muerte que les llevaran un programa de ordenador de esos que a través de la realidad virtual se quitan y ponen edificios a placer, con lo cual podrán crear cuantas variaciones se les antoje, la Giralda en el Carambolo, la Casa Grande en el Muelle de la Sal, y la boca del Metro, cerquita de su casa, por ejemplos.
No es ninguna tontería, de siempre se dice que los experimentos, con gaseosa. Pero en el desacierto en  lo de las setas, se advierte que esta ocurrencia no tuvo ni tan siquiera esa propuesta experimenta, ni las de cartón piedra de un decorado, ni tampoco la que tuvo aquello de las estaciones para el futuro Metro de Sevilla para hacernos a la raposa idea de la epatante ídem, aunque con la maqueta que trajo el berlinés de la premiada idea, muchos tuvimos más que suficiente para comprobar sobradamente, tal como “in animal vili”, que lo del botellodromo en la azotea, no dejará, al igual que vestir la mona, aunque la disfracen, de ser una autentica burrada.
 
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla, 12-10-05


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