Aunque ahora apenas aparece noticia de la Encarnación, el
proceso de la (mala) idea premiada sigue mal que bien su silencioso curso, del
que nadie ofrece explicaciones y nadie las pide. Lamentable será cuando el
hecho consumado tenga que rectificarse, a la moda de las comisiones, por
supuesto sin dimisiones políticas y de improbable vuelta atrás y alto costo.
Urge pues tener que conservar y preservar de la intemperie
tanto vetusto ladrillo, por lo que el razonado consejo advierte que las
lluvias, que tienen que caer, deterioraran
la céntrica barriada hispalense, recomendando sea cubierta con la mayor
brevedad. Prisas en la prisa.
El caso es que la luz y los taquígrafos, eso que se exige para
la segura comisión de investigación en lo que haga, exigirán el concurso previo
para su realización.
Lo de las modificaciones tiene prevista una expedición a
Berlín, visto que es más contundente un a tournée de trabajo que un disco duro.
Los hongos pierden altura, y el mirador su pretendida perspectiva,
la azotea- botellodromo, prevista para eventos juveniles del ya te veré, a la
que dicen será la plaza mas democratizada y socializada, apenas encuentra voces
contrarias, que aguardaran a conocer los efectos de la movida del concierto inaugural, con la
comisión en constitución.
Nada se sabe de la financiación, al parecer esta no es
motivo de preocupación, ni existe noticia de que la comisión esté en marcha. La
marcha atrás tan solo es posible y eficaz, antes de que la comisión sea un
recurso para explicar lo inexplicable. No son buenas las comisiones,
difícilmente sirven de nada. Cuesta mucho el error, más la rectificación. El
doble gasto no tiene antecedentes, construir el absurdo, demoler la obstinación
y edificar el razonamiento, el triple gasto tampoco existe. Pensar que se
aplique más que difícil, se nos antoja que sea imposible. Al tiempo.
Para que comentar nada del
mercado, ese que dijeron que sería emblemático. La propuesta de cubierta de la
cripta museística, minimizando la invasión de los restos arqueológicos con tan
solo seis pilotes, crearan una enorme plataforma flotante que descansará en la
placa armada de su perímetro. Con lo que las vibraciones serán inevitables, e impedirán colocar una pila de
naranjas sin el riesgo de que rueden por los suelos. Al fin y al cabo no son
cabezas.
Con suerte la comisión de investigación llegará a las
conclusiones que se promete que se harán públicas, tan publicas como el acta
del concurso de (malas) ideas, para que los ciudadanos estemos tranquilos de
que lo que sucede en esta construcción de modificaciones continuadas, es lo
mismo de siempre, un asunto de comisiones.
Sevilla a 24 de Agosto de 2004
Francisco Rodríguez Estévez
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