domingo, 16 de noviembre de 2014

Sed de justicia

Está pero muy requetebién que de un tiempo a esta parte haya entrado esto de la sed de justicia, para saciarnos de ella en cuanto comprobemos que aquellos que en beneficio propio la evitaron, reciban su merecido castigo. 
Gusta ver a los nuevos responsables políticos afirmar en los medios llenándoseles la boca de honradez, que es algo que no se valora cuando se empieza, sino cuando se acaba, por aquello de que exigiendo que no haya nuevos engaños y la cosa no se pueda repetir, pues para ello parece que basta hacer bandera del antiguo refrán castellano “El que la hace la paga”.
Aunque esta suene más a venganza, pues no deja de crear ese temor que hace que se traduzca a en boca cerrada no entran moscas, y no siempre es bueno tirar de la manta, que ya se sabe lo que suele ocurrir. No veo, no oigo, no se nada.
Ni zorra idea se tiene después de lo hecho, llegar a saber quien tendría que pagar por lo realizado en la Encarnación, pues aquello fue encargado por el Ayuntamiento de Sevilla en 2004, y recepcionado por este  en Mayo de 2011, eso si, estando todavía en proceso inacabado, y sabiendo que tuvo una elevación de los costos que duplicaron lo previsto, y con una demora de más de cuatro años, sobre el tiempo de adjudicación, según la cronometrica  ganadora prevista en el concurso de construcción, pues, como cabe suponer, después de tanto tiempo, no tendría mayor importancia derribale o no,  cuando lo realmente serio es que ya en Octubre de 2009, ya existía sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía , sobre lo que allí, no se podía realizar, y se hizo como si nada, a pesar de la demoledora sentencia, y se pago a precio de oro en efectivo y especies.
Donde, y a quien pedir que pague, aplicando la frase de los discursos " el que lo hace, la paga", mucho mas grave sabiendo que allí no se podía hacer.
En lo de la Encarnación, que se salta a la torera la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, la Ley FERAEE, sobre la sostenibilidad de los edificios públicos, la Ley de Accesibilidad de edificios públicos, de paso hasta el propio reglamento de mercados de abastos de la ciudad de Sevilla en vigor, donde se le llama plaza municipal de abastos a un galimatico diseño de isletas, que crean un laberintico y anti comercial espacio, donde quedan calles solitarias y la aleatoria colocación de las puertas, sin que hayan previsto las de emergencias con salida a la calle, donde la vía de comunicación exterior Este-Oeste, con lucernario que permitía visualizar las ruinas de la Híspalis, resulta que lo han cegado y ahora es un bar de copas con  los aseos al final de la sinuosa calle, además de un sinfín de errores, con mayor afectación como es la omisión de una puerta automática en la travesía central, una burla continuada a los posibles clientes que tratan de localizarla en inútil intento, y no digamos los que  en su interior mareados de dar vueltas buscan desesperadamente la salida-
Por el momento el que paga no es el responsable, que hay que encontrar, aunque se sepa, mal solo o peor en compañía, por lo cual el que esta pagando, por el momento,  todo este absurdo al que no se le quiere poner ninguna solución, no es otro que el propio público, y por ende los callados placeros, pues tanto la concesionaria, con sus actuaciones, y sus disentimientos, como el Ayuntamiento laxo y tolerante con esta, no hace más que crear el desanimo y acrecentar el deterioro de una plaza municipal de abastos donde los placeros temerosos de un peor final se siente abandonados.
En ocasiones son los propios concejales que de forma privada viene hasta este lugar, y no dejan de ver cuántas deficiencias son detectables a simple vista, seguro que la concesionaria tiene los informes que cada día le pasa sobre las incidencias el responsable de mantenimiento, que las puertas llevan más de un año rotas, y como es el sistema de cerrar y abrir las escaleras de la modernidad, pues como que es algo a lo que no se pone la mas  mínima intención por rectifica,  y solo acrecientas las dudas existentes no solo de la evidente falta de interés por las responsabilidades, mas en esto pues ya seria suficiente saber que en  lo de la Encarnación si alguien pueda pagar nada, después de hacer lo hecho. 
Lo mismo viene Zoido y Gregorio, recordando sus tiempos en la oposición colocando un banco necesario en Bellavista, y me coloca la puerta necesaria como ni se imaginan.Ni que decir tiene que  Igual me da  que la traiga Juan Espada y Antonio Muñoz. El caso es que se cumpla la Ley.  
Sevilla a 16 de Noviembre de 2014

Francisco Rodríguez Estévez

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