El concurso trata de que el participante encuentre personas
que pueda tanto saber cómo no saber la respuesta. Se llama “Lo sabe, o no lo
sabe”. El presentador llama a voces a la persona elegida por el concursante para
que este conteste a la pregunta dando la respuesta que puede ser errónea o
acertada, según la trama de los guionistas.
No puede caber ninguna duda de que la primera pregunta es fácil,
y por lo tanto encontrar a la persona que tenga la respuesta correcta no debe
de ser harto difícil.. Otra cosa sería , cosa seria, acerca de lo de las puertas de la Encarnación, para la respuesta elegiríamos
al hombre de la vara. ¡Hombre de la vara!, ¡Hombre de la vara! No creería que
fallara en algo que tienen sobrada información, y su palabra empeñada, pero
todo puede suceder. Por suerte se trata de encontrar a quien lo sabe.
El hombre de la vara seguro que lo sabe, pero no atiende a
las llamadas del presentador. Otra cosa sería si la pregunta fuera por los
desatascos hebdomadarios que lleva a cabo el enorme camión succionando los pozos
negros de un más que deficiente sistema de alcantarillas. Ahora se trata de
encontrar a una persona para no lo sabe ¿A quién elegimos? Es la pregunta del
presentador.
De haber sido lo sabe, no hubiera habido otro mejor que el gerente de la concesionaria, seguro
que tendría la respuesta, como el hombre de la vara con la puerta, pero es la
pregunta que no puede tener respuesta, algo así como saber cómo se transforma
una calle publica en un bar de copas y como gentileza se le concede apertura
sin servicios de señora, caballero y minusválidos, dos mejor que uno. Lo sabe,
seguro que lo sabe
Si tocara lo sabe, y la pregunta fuera como se puede cambiar
pescado por carne, lo mismo en la delegación no tienen ni idea, pues entonces a quien podríamos
elegir que lo sepa, al hombre de la comercializadora. ¡Hombre de la
comercializadora!, ¡Hombre de la comercializadora! Ni caso. Así vamos, el que
lo sabe, no sabe, el que no lo sabe, lo sabe, vamos si lo sabe.
El concursante no tiene posibilidad de obtener el premio con
las personas que resultaron elegidas, pero es que las preguntas más fáciles se
quedaron fuera de concurso pues no todo puede ser puertas aleatorias, por más
que se salten a la torera la propia Ley de Accesibilidad.
Sevilla a 10 de Noviembre de 2014
Francisco Rodríguez Estévez
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