miércoles, 5 de noviembre de 2014

La Encarni resiste

En estos días de incertidumbre mundial, nos ha llegado la primavera. El vaticinio de la guerra anunciada se cumplió. A la Encarnación le llego, esta de 2003, sin los augurios de enterramiento, que se prometió inaugurar la señora Guerra. En la Encarnita, un vivero de recuerdos con forma de media Luna, creciente o menguante según se mire, ofrece algo más que la propuesta de semi-enterramiento, que ahora se le dibuja, repleto de escalinatas, aunque sujeto a la evaluación de los resultados que las excavaciones.
Debe de ser difícil, por la cantidad de condicionantes, realizar este edificio en superficie. No obstante la Encarni resiste.
Como cada año, por estas fechas, el bidonville provisional se llenó de chiquillería, y por unos minutos, vuelve a convertirse en parvulario donde, el bullicioso público infantil tiene oportunidad de descubrir, y observar, quizás por primera vez, las brillantes escamas del pescado o la cabeza de un cerdo.
En estos días de primavera, de luminosas mañanas, los estudiantes de Bellas Artes se apostan por los rincones de esta plaza de abastos para captar, en su bloc de bocetos, todo su ambiente, en una clase de dibujo en movimiento. El Mercado convertido en Universidad, aula abierta a los sentidos.
También los alumnos extranjeros, de distintas academias, reciben sus enseñanzas en este espacio increíble, mimético y camaleónico, capaz de adaptarse a todas las visitas, gracias al glamour de su solera.. . ¿ A cuento de que se empeñan en destruirle?. ¿Tan difícil es hacer este edificio?
Sevilla a 29 de Marzo de 2003

Francisco Rodríguez Estévez

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