viernes, 7 de noviembre de 2014

foto de Pontevedra
Formas de crecer

Me encontraba en aquel lugar que al que llaman santuario de libertad, donde al menos permiten que fluya la palabra en unas jornadas sobre lo de la Encarnacion. A ningún placero pareció interesarle lo que allí se dijera pues parece ser que confían en las promesas del doctor, y ninguno parecía estar dispuesto a perder la siesta.
Allí expectante, escuchando en el oratorio inicial los panegíricos que los co-celebrantes, justamente hacían, del oficiante biblocantano, a tenor de que lo mismo presentaba su libro.
Tenia coartada, él me conoce. Allí  sobrepasado escuchaba atentamente los tecnicismo y en realidad sin entender mucho mas que mi apasionamiento del tema de la Encarnacion, como que me sentía tranquilo, entre tanto docto personal, frente  a esa mesa de operaciones idealistas.
Desde Galicia, Cesar Portela trajo en su verbo la gracia, el duende y el desparpajo andaluz, y el dulce timbre de Daniel Álvarez llenó su parlamento de saudade, de morriña de otro tiempo, intercambiando sus papeles. Ciencias por Letras, Finisterrae por Al Andalus y viceversa, para dar paso  al interviniente.
El titubeo inicial, debido a la emoción, por las contracciones del encaje, encontró la firmeza de sus convicciones en el silencio de quirófano, que con expectación aguardaba la salida de esta obra unigénita, de momento, que describía en pequeñas fracciones  todo  el proceso. Desde su concepción en la alacena de la casa patio, gestada en el marsupio de su memoria, y amamantada en el pezón de la constancia, aquello creció en la amniótica bolsa de recuerdo, de ilusión y de cariño durante años para llegar al delicado momento de romper aguas en el pre parto.
Desde la paternidad Antonio Barrionuevo confiesa que no tiene intención de regalarle un hermanito al neonato que viene al mundo en esta tercera vivienda, que junto al propio cuerpo, como primera y el domicilio, como segunda, es esta anárquica ciudad que crece arbórea y sin proyecto, donde muralla, río, y ferrocarril impiden la cuadricula ordenada, y diagonales que la crucen en un viario racional, pues creció guardando las fisonomías de las mil huertas que, cuando sus propietarios cansados del almocafre decidían vender a promotores.
La cuarta vivienda en mi caso es el mercado de la Encarnación, en el que estoy pasando provisionalmente la vida esperando El Emblemático. El  arquitecto co-presentador Cesar Portela, de sobrado prestigio, como lo de las Bases, me comentó que en Pontevedra, ha reconstruido el mercado de abastos, con 280 puestos, cercanos a los 320 de la Boqueria de Barcelona e igualando al Central de Valencia. En San Sebastián se esta construyendo, mientras aquí estamos en fase concursal, otro de 220 puestos.
Pobre me parece el numero de 50 puestos para el Emblemático de Sevilla, sin aspiraciones a ser grande y menos si tal como se lee en las Bases para el mismo además pretende el lirismo de Mercado, Plaza, Puerta, Puerto, Estación, Aeropuerto, Puerta, Plaza y Mercado. Amen de Terminal de Tussam y Cripta museitica de la Pequeña Julia. Demasiado, como para escribir un solo libro. Así crece Sevilla.
Sevilla a 5 de Noviembre de 2003

Francisco Rodríguez Estévez

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